Valencia. Antonio Anglés, el presunto autor del asesinato de Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández, tres adolescentes entre catorce y quince años, el 13 de noviembre de 1992-hace exactamente 20 años- en la localidad valenciana de Alcàsser, podría quedar en libertad en caso de que aparece, pues lleva desaparecido desde 1993 tras escapar la cárcel aprovechando un permiso penitenciario. El problema es que ya se ha cumplido el periodo legal según la ley española para que su delito prescriba. Por ello, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 6 de Alzira pidió ayer a las partes personadas en la causa por la muerte de las niñas de Alcàsser que se pronuncien sobre si ha prescrito la acción penal contra Antonio Anglés.

De esta forma, el debate jurídico se centra en determinar la fecha exacta a partir de la cual se contabiliza la prescripción. En este caso, según fuentes judiciales puede contar el día de la desaparición, el día que fueron encontradas o incluso el de las detenciones. Las tres amigas, que vivían en la localidad valenciana de Alcàsser, tenían previsto ir a la fiesta de su instituto en la discoteca de moda Coolor, en Picassent. El destino les jugó una mala pasada. Hacían autostop en una gasolinera, algo frecuente en la zona, cuando fueron recogidas por el Opel Corsa de Miguel Ricart. Su amigo Antonio Anglés Martins, también conocido como Asukiki o Sugar le dijo que continuase conduciendo cuando llegaron a la discoteca. Acto seguido sugirió la caseta medio derruida de La Romana como lugar donde llevar a las adolescentes. Las jóvenes fueron torturadas y violadas.

torturadas y violadas La búsqueda de las chicas--según medios como La Vanguardia-- concluyó el 27 de enero de 1993, cuando dos apicultores descubrieron en el paraje de La Romana, cerca de la presa de Tous, una fosa en la que las menores estaban semienterradas. La autopsia reveló que las tres amigas fueron torturadas brutalmente y violadas antes de ser asesinadas. Un día después del macabro hallazgo, fueron detenidos varios sospechosos, entre ellos Ricart, también conocido como El Rubio, que cumple en prisión una condena de 170 años tras admitir su participación en el suceso. Enrique Anglés, hermano de Antonio, quedó en libertad el 30 de enero.

Por su parte, Juan Miguel Pérez, comandante de la Guardia Civil en reserva y responsable de la detención de Miguel Ricart y la posterior búsqueda de Antonio Anglés, se mostró ayer "convencido" de que Anglés sigue con vida y atribuyó las sospechas de que pudo morir ahogado en aguas de la costa de Irlanda a la "literatura" que rodeó el caso. Pérez recordó en El programa de Ana Rosa que la última evidencia que existe de la presencia de Anglés quedó en Minglanilla, Cuenca, donde el principal sospechoso del crimen fue identificado tras robar un vehículo.