FLORIDA. John Errol Ferguson, de 64 años, iba a ser ejecutado a las seis de la tarde (medianoche en España) del martes, pero su muerte fue aplazada a última hora después de que sus abogados recurrieran la sentencia por considerar que su enfermedad mental le debía librar de la pena máxima.

El Tribunal de de Apelaciones ha fijado para el próximo 6 de noviembre la presentación de nuevas pruebas sobre el caso de Ferguson, quien ha permanecido 34 años en el corredor de la muerte por asesinato en primer grado.

En julio de 1977 había ejecutado a seis personas durante un robo en un domicilio relacionado con drogas en un suburbio del norte de Miami. Seis meses después asesinó a dos adolescentes que acababan de salir de una reunión en una iglesia.

Los psiquiatras de Florida y otros profesionales médicos han diagnosticado que Ferguson sufre esquizofrenia paranoide y un largo historial de problemas mentales, según sus defensores. Según el abogado Christopher Handman, Ferguson se considera a sí mismo el 'Príncipe de Dios' y no comprende por qué se le ha condenado a muerte.

"Resulta imposible comprender que un Estado pueda ejecutar legalmente a un hombre que se considera el 'Príncipe de Dios' y que cree que su destino es ser la mano de derecha de Dios y volver para purificar a la tierra después de que el Estado le haya matado", declaró Handman en un comunicado.