l a reivindicación de Ehige en torno a un nuevo modelo de gestión de los comedores escolares tiene su origen en una iniciativa puesta en marcha en el enclave de Orduña. La localidad se ha propuesto impulsar un sistema alimentario local que redunde en el desarrollo del entorno, cree puestos de trabajo y potencie una cultura gastronómica de calidad ligada a la comarca. Con este fin, el pasado mes de julio arrancaron las obras de la cocina municipal, que se ubicará en la residencia de la tercera edad, y que podría estar en marcha a comienzos del próximo año.

La idea original pasa por que en ella se confeccionen los menús de todos los recursos educativos y asistenciales del municipio, es decir, la residencia, el centro de día, la haurreskola y la escuela. Por el camino se han encontrado con distintos obstáculos, algunos económicos y otros relacionados con los permisos sanitarios necesarios para poner en marcha un servicio de estas características. Todos ellos han sido superados, todos menos uno. El Departamento vasco de Educación se niega en rotundo a que los alumnos de la escuela coman en el comedor municipal.

Al parecer, el área que dirige Isabel Celaá no contempla otra posibilidad que no sea la de siempre, la de los comedores escolares abastecidos por las empresas de catering, que son las encargadas de elaborar los platos. La respuesta que ha dado Lakua a los impulsores de esta iniciativa es que lleva muchos años trabajando para alcanzar el modelo de gestión actual, por lo que no está dispuesto a abrir otras posibilidades más cercanas a la autogestión, tal y como se hacía antes de que se aprobara el actual decreto.

Por lo tanto, para hacer realidad el proyecto de cocina municipal únicamente existiría una posibilidad: que la escuela pública de Orduña salga del sistema y vaya por libre, un camino que, por el momento, no se quiere tomar antes de agotar todas las posibilidades. Es aquí donde entra el juego Ehige, la confederación de asociaciones de padres y madres de la escuela pública vasca y la campaña que acaba de iniciar con el fin de reivindicar otros modelos de gestión.

El proyecto de cocina municipal nace bajo el impulso del servicio Ekoizpen, que depende del Ayuntamiento de Orduña y que sirve de motor del desarrollo agroecológico del municipio. La idea de la cocina responde inicialmente a la necesidad de mejorar la calidad de los menús suministrados en el comedor de la escuela pública. Sin embargo, ante la falta de espacio y la cercanía del comedor escolar a la cocina de la residencia municipal, se plantea ampliar la actividad de esta última para dar servicio a todos los centros municipales del municipio, incluido su personal.

Según sus impulsores, la mejora del servicio se enfocaría hacia un menú de calidad nutricional óptima para cada uno de los diferentes grupos de personas que vayan a utilizar el servicio. Los menús se diseñarían de forma que, además, se utilicen productos de temporada, que provengan de productores del entorno que además empleen métodos de producción respetuosos con el medio ambiente.

De momento, y a la espera de concertar una nueva reunión con Educación, algo que ya no será hasta la próxima legislatura, el proyecto echará a andar dando servicio al colectivo de ancianos.