MADRID. La Policía ha detectado que las denuncias falsas de robos de vehículos con violencia con la finalidad de engañar a las compañías aseguradoras y hacer un negocio redondo en estos tiempos de crisis ha aumentado considerablemente. Los estafadores aprovechan la situación para cobran la indemnización y, además, venden el vehículo con una nueva identificación.
Aunque no hay todavía una estadística oficial sobre estas estafas, y las aseguradoras consultadas no tienen ponderada su incidencia, la policía basa sus sospechas en las últimas investigaciones contra el tráfico ilícito de vehículos y en un llamativo incremento del 880% de este tipo de denuncias.
El año pasado se multiplicaron por nueve las denuncias presentadas por conductores que aseguraban haber sufrido el robo de su coche de forma violenta. En 2009 se produjeron 63.402 robos de vehículos en España, con 752 denuncias de sustracciones de coches con violencia, y en 2010, año en el que el número de estos delitos descendió a 53.601, los robos violentos de coches fueron 606.
Sin embargo, en 2011 (con 49.000 automóviles robados) fueron denunciadas 6.619 sustracciones en las que se empleó violencia.
El porcentaje de este tipo de denuncia con respecto al número total de vehículos sustraídos fue similar en los años 2009, del 1,18 %, y en 2010, del 1,13 %, pero el año pasado se disparó al 13,50 %.
"Aunque no manejamos una cifra exacta, se están incrementando las investigaciones en las que lo que está sucediendo es que se están denunciando muchos robos falsos con violencia", explicó Ángel Arroyo, jefe del grupo de Tráfico Ilícito de Vehículos (TIV) de la Brigada Central de Crimen Organizado de la Policía Nacional.
Según el experto policial, la finalidad no es otra "que lucrarse con la estafa a la compañía de seguros y por otro lado con la venta del vehículo a terceros, los cuales están especializados, y dotan al vehículo de una nueva identidad con documentación falsa para volver a utilizarlo", en la mayoría de los casos comercializándolo de nuevo.
EL MÉTODO El modus operandi es bien simple: primero se denuncia el robo a la compañía de seguros y el vehículo, por supuesto, no se encuentra nunca.
Para abonar la indemnización, la aseguradora reclama al asegurado los dos juegos de llaves del vehículo, pero al tratarse de un robo con violencia, el denunciante solo entrega uno alegando que el otro juego de llaves se lo robaron con el coche.
"De este modo, el coche se comercializa de nuevo tras dotarlo de una nueva identidad con una llave original del mismo, lo que evita un trabajo innecesario de reprogramación de centralitas", aseguró el inspector Arroyo.