Vitoria. Es bien sabido que en tiempos de crisis tan aguda como la actual esdifícil mantener lo que se dice públicamente, porque con frecuencia loscambios nos vienen dados con inusitada velocidad. En los anuncios quedesde el Gobierno central se han hecho en Sanidad hay una amalgama deamagos y de recortes, de desdecir lo dicho, de intentar tapar, de hacercomo que se ha dicho lo que no se quería decir... Y a cada una de estasacciones desde el Gobierno Vasco se ha respondido también con idas,vueltas y revueltas, de modo que la ciudadanía en general, y losinmigrantes en particular no tienen muy claro si cuando el consejeroRafael Bengoa y su equipo dicen que no cumplirá la normativa de losrecortes sanitarios de Madrid se está refiriendo a la de esta semana, ala de hace 15 días o a cualquier otra. De modo que el Departamento deSanidad desde hace meses nos viene acostumbrando al "donde dije digo, digo Diego".

Ayer fue el viceconsejero de Sanidad, Jesús M ª Fernández quien, en una entrevista a la agencia Efe,se desdijo de lo anunciado hasta ahora por el Gobierno Vasco. Fernándezadelantó que las personas inmigrantes que lleven menos de un añoempadronadas en Euskadi deberán acreditar arraigo social o laboral enel País Vasco para tener reconocido el derecho a la asistenciasanitaria por parte de Osakidetza. En esta línea, aseguró que en elServicio Vasco de Salud han establecido un mecanismo interno paraevitar que haya extranjeros con enfermedades graves que se trasladen ala CAV porque han sido rechazados en otras comunidades limítrofes.

Aunquelos médicos vascos seguirán atendiendo a sus pacientes tengan o nopapeles, y pese a que el Gobierno de López dice no aplicar el decretodel Gobierno central que eliminó de un plumazo el derecho de asistenciasanitaria a los inmigrantes en situación irregular, desde SOS Racismomostraron ayer su preocupación por los nuevos requisitos que se lesimpone a los extranjeros sin papeles -en Euskadi hay unos 15.000- para ser atendidos en Osakidetza.

Nuevos requisitos BrígidaRidruejo, portavoz de la organización, ya denunció a finales de agostoque el decreto vasco, publicado en junio y que regula el régimen deprestaciones sanitarios en Euskadi, incluía la exigencia de un año deempadronamiento a aquellos inmigrantes ilegales que no tuvieran latarjeta sanitaria. "Este requisito deja fuera de las prestacionessanitarias a un gran número de extranjeros". "Además, ¿quiénesacreditan el arraigo social? Los que tienen el carné de una biblioteca,a los que están en Facebook", se pregunta en voz alta.

La negativa por parte de Osakidetza a aplicar los recortes, tal y como les indicaban desde el ministerio de la popular Ana Mato, fue recurrida ante los tribunales y todavía está pendiente de resolver.

Entre tanto, el Departamento de Sanidad de Rafael Bengoa, tras los últimos rifirrafeselectoralistas con el Ministerio de Sanidad, volvió a asegurar ayer, através del viceconsejero, que ha adoptado una serie de medidas paraseguir prestando la asistencia sanitaria al colectivo de inmigrantes enlas mismas condiciones que hasta ahora, pero sin que se produzca el efecto llamadapor la pérdida del derecho en otras zonas que sí aplican los ajustes."La voluntad del Gobierno Vasco es la de prestar asistencia a todas laspersonas inmigrantes estén o no en situación irregular", subrayóFernández, quien se refirió a los extranjeros que llevan menos de unaño empadronados en Euskadi, a los que hasta ahora se les daba unatarjeta sanitaria provisional, y explicó que, puesto que Osakidetza nopuede emitir tarjetas sanitarias nuevas, lo que va a hacer es emitirdocumentos que reconocen el derecho a la asistencia.

Seránreconocimientos "temporales y revisables", hasta cumplir el año deempadronamiento, y estarán sujetos a una comprobación del arraigolaboral o social de la persona que solicita asistencia sanitaria enEuskadi. El objetivo, según Fernández, es garantizar que quienes vienena Euskadi no lo hacen solo porque son enfermos con enfermedades gravesrechazados en otras comunidades.

Globo sonda "Esto no es lo prometido. Se vendió la idea de que iban a ser insumisos con los recortes del Gobierno central y que se atendería a los extranjeros irregulares sin ningún tipo de restricción", subraya el doctor Javier Gil, voluntario de Medicus Mundi. "Lo del arraigo social suena a globo sondapara que los inmigrantes de otras zonas del Estado no se animen a veniraquí. Sin embargo, lo que deben de primar son criterios de atenciónhumanitaria y de solidaridad con el prójimo. Desde el punto de vistamédico tenemos que tener a los pacientes, irregulares o no, controladosy dejarles sin médico de cabecera repercute negativamente incluso en elcoste-beneficio", apostilla.

A la portavoz de SOS Racismo, el argumento del efecto llamadale suena a excusa. ¿Por qué? "Hace años cuando Euskadi era la únicacomunidad que tenía la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) éramos delas poblaciones con menor número de inmigrantes. Este colectivo es elque menos tiempo está en los servicios sociales; se mueven según eltrabajo. Aunque desde el Gobierno Vasco decían que no se iba a recortarla Sanidad, sabíamos que había algo raro. Hay personas que ya antes deldecreto les decían que no les iban a dar la tarjeta sanitaria", remacha.