Bilbao. Van a por ellos", reflexiona una auxiliar de vuelo con doce años de experiencia en el sector. Ellos son Ryanair, bautizados en el negocio aéreo como 'los piratas del aire', una compañía que celebra los aterrizajes a toque de corneta y con una ovación más o menos jocosa del pasaje después de comprobar con una caja de cartón el tamaño del único bulto que puede acompañar a cada pasajero en cabina. Ocurre que el sonido de esa estridente trompeta y el de los aplausos, que viene causando malestar desde hace años en el resto de compañías -"esto no es nuevo", recuerdan las fuentes consultadas por este periódico-, se ha multiplicado exponencialmente durante las últimas semanas o al menos en una primera aproximación. Los expedientes de incidentes que acumula recientemente Ryanair, que se autodenomina como aerolínea de ultra low cost, ha situado a la empresa de Michael O'Leary, que reventó el mercado y las jerarquías del negocio aéreo hasta situarse en el trono, en medio del ojo del huracán.

Pero la tormenta y las turbulencias parecen haber amainado y de hecho, una vez ahuyentada la polémica, la cotización de la compañía en Bolsa ha crecido 300 millones sin que los sobresaltos padecidos por Ryanair, (desde algunos May Day para aterrizajes de emergencia porque los aviones supuestamente iban justos de combustible, la aparición de chinches en otro vuelo o a la despresurización de cabina en otra ruta), hayan dañado su valor. Otra cosa es su reputación.

La reacción del mercado tal vez sea la respuesta al último informe de seguridad redactado que da la razón a Ryanair sobre su actuación en los aterrizajes forzosos del pasado 26 de agosto en Valencia. Desde el sector aéreo no tardaron en culpabilizar a Ryanair por ir escaso de combustible, al límite. Tres semanas después, la inspección realizada exonera de negligencia a la compañía, que sin embargo adoptará la medida de cargar con más fuel (300 kilos más) los aviones como recomendación de los investigadores.

"El tema ha cogido fuerza ahora porque se han conocido varios incidentes, pero siempre se han denunciado ese tipo de situaciones. Es algo que sucede desde años atrás y que era conocido y muy comentado en el sector. No nos sorprende lo que está ocurriendo. Era algo que se venía venir", explica a DNA una auxiliar de vuelo, que pone énfasis en el asunto del combustible porque se repite constantemente y, supuestamente, es parte de la metodología de los vuelos operados por la compañía irlandesa. "No sé si presionan a los pilotos para que no carguen más combustible, pero era conocido que van siempre al límite legal permitido para ahorrar costes y eso, finalmente, compromete la seguridad del vuelo", analizan estas mismas fuentes. "Lo normal es llevar combustible de sobra por si el avión es desviado a un aeropuerto alternativo ante la imposibilidad de aterrizar en el de destino. Además de ese extra también se debe llevar carburante suficiente por si el avión debe esperar para aterrizar por problemas de congestión aérea, meteorología etc... Cuando se va corto de combustible ocurren ese tipo cosas, como aterrizar de esa manera, mediante un May Day en Valencia. Frente a una llamada de socorro consiguen tener prioridad absoluta sobre el resto de los aviones y llegar en hora, que es lo que más les interesa. El tiempo es oro para ellos, que repostan incluso con los pasajeros subiendo al avión".

Los límites de la legalidad Desde el Sepla, el sindicato de pilotos, se mantiene una postura similar. La agrupación de pilotos sostiene que "Ryanair se mueve en los límites de la legalidad". Tal vez por eso y ante la escalada de los últimos episodios acaecidos con la aerolínea irlandesa, esta garantizará un suministro extra de fuel en los aviones para quince minutos más de vuelo por si se produjera cualquier incidencia. El portavoz del Sepla, expone, no obstante, que a pesar de los últimos incidentes protagonizados por la compañía, no se puede mantener el discurso de que Ryanair "sea una compañía insegura, porque si no le habrían quitado el certificado de operador aéreo". Asunto que compete las autoridades europeas.

En la batalla por la seguridad y que tiene una diana pintada sobre las alas de Ryanair, el sindicato de pilotos ha encontrado un poderoso aliado: Facua, la organización de consumidores en acción, que mantiene un discurso unitario con la agrupación de pilotos. Esta cataloga de hito el vínculo entre profesionales del sector y usuarios del mismo. "Entendemos desde Facua que la seguridad aérea es lo primero, y que no puede haber intereses económicos que puedan cuestionar la seguridad". Ambas organizaciones se han ofrecido a colaborar con la Administración central para tratar de aclarar la nebulosa que rodea al espacio aéreo. "El Gobierno central debe empezar a tener interlocución con las asociaciones que, como Facua y Sepla, representamos intereses de pasajeros y profesionales del sector aéreo". Ambos entes mezclan porque pretenden colaborar "en el necesario control del sector aéreo".

Facua explicó a este periódico que no poseen cifras exactas sobre las quejas o denuncias que los usuarios hayan podido depositar por los sobresaltos provocados por Ryanair, pero en una encuesta realizada el pasado mes de julio, la aerolínea irlandesa era la que salía peor parada. En un sondeo sobre 1.089 pasajeros, Ryanair se destacó como líder en abusos, según siete de cada diez pasajeros. En la encuesta de Facua el mayor número de prácticas abusivas según el 71% de los consumidores correspondía a Ryanair. A una distancia abismal se encontraba, Iberia, para el 10% de los encuestados.

La compañía irlandesa, que domina el mercado español y prevé transportar 79 millones de viajeros el próximo año a nivel mundial y líder absoluta del mercado español, no niega los incidentes ocurridos en los últimas semanas, pero Michael O'Leary, su histriónico y provocador presidente, subraya que la proliferación de las noticias en contra de Ryanair "responden a una campaña para desprestigiar" a su compañía, que cumple con la legalidad exigida por las autoridades europeas aunque el llenado de los depósitos de sus aviones bordea los límites autorizados. El último informe oficial, adelantado por el propio O'Leary el pasado jueves, da la razón a la compañía irlandesa, que cumplió con legalidad vigente en los casos de aterrizaje de emergencia en Valencia. Así se desprende de las pesquisas de las autoridades irlandesas, -la aerolínea posee licencia de ese país-, y a las que fueron invitados expertos españoles para poner luz y taquígrafos sobre la investigación abierta por tales incidentes y que generaron una virulenta polémica respecto a la seguridad de Ryanair.

Investigación conjunta La investigación oficial de la Autoridad de Aviación Irlandesa (IAA) y en la que participaron dos oficiales de la Agencia Española para la Seguridad Aérea (AESA), establece que los tres aparatos que aterrizaron en Valencia el pasado 26 de agosto cumplieron con la normativa que rige la seguridad aérea en la Unión Europea. Las aeronaves despegaron hacia Madrid desde sus destinos de origen con un nivel de combustible por encima de los estándares exigidos para el plan de vuelo previsto. Esa fue la postura que Ryanair mantuvo desde el inicio. De hecho, la compañía rechaza abiertamente ostentar el récord de incidencias, un término muy poroso y permeable en sí mismo puesto que en esta categoría aparecen desde aterrizajes de emergencia hasta el impacto con un pájaro. Todo computa en los partes que manejan las autoridades aéreas españolas, unas listas que son confidenciales, pero que según denuncian desde Ryanair en una carta abierta dirigida a la ministra de Fomento, Ana Pastor, se dieron a conocer de manera inexacta para desacreditar a la compañía.

A la información, que hipotéticamente partió desde organismos gubernamentales y que apuntaba a 1.201 incidencias contabilizadas en los últimos seis meses en Ryanair, O'Leary, su presidente, contrapone los datos aportados por The Aviation Herald, en la que no es precisamente Ryanair la compañía que contabiliza más sucesos. En el listado enviado en una de las misivas de la compañía a Fomento, se destacan Iberia y Vueling, compañías que compiten con Ryanair por el espacio aéreo del low cost, un mercado que domina la marca irlandesa por su política de precios que no encuentran parangón al aprovecharse en buena medida de las subvenciones públicas que percibe de varios aeropuertos de segundo orden del Estado en los que opera con la promesa de obtener turistas para esas regiones. El resto del sector aéreo es contrario a esa política de ayuda económica pública para el sustento de la aerolínea irlandesa, que no deja de crecer en un contexto de crisis.

Las otras cifras La defensa de Ryanair, que posee una flota de 294 aeronaves por 12 de Iberia Express, 59 de Vueling y 98 de Iberia, se sustenta en el ratio de incidentes, información publicada por The Aviation Herald, un organismo que contabiliza los incidentes que ocurren en el tráfico aéreo. En el recuento realizado por el citado ente, y que va desde el 1 de enero hasta el 18 de septiembre del presente ejercicio, Ryanair acumula un total de 30 incidentes en los 385.140 vuelos operados. Su porcentaje de incidentes por cada 1000 vuelos es de 7. Iberia, que ha realizado 92.748 vuelos en este tiempo, acumula 8 incidentes, pero su ratio por cada 1.000 vuelos es de 8. Vueling, competidora de Ryanair en el mercado del low cost, contabiliza 7 incidentes en sus 77.290 vuelos y su porcentaje cada millar de vuelos sería de 9. La tabla comparativa la cierra la filial de Iberia, Iberia Express, una compañía recientemente creada por la matriz para pelear por el mercado aéreo de bajo coste. Iberia Express solo ha padecido dos incidentes durante el periodo cotejado, pero sus vuelos, 10.620, son sensiblemente inferiores al de resto, por lo que su ratio cada 1.000 operaciones escala hasta los 18 puntos.

Mientras se cruzan cifras, opiniones y datos, se publicitan ciertos incidentes y se sombrean otros, en medio de las turbulencias que sacuden el espacio aéreo español que exige un mayor control de la seguridad de las compañías, Ana Pastor visitó el pasado miércoles a su homólogo alemán, Peter Ramsauer, para versar sobre las red de ferrocarriles. La ministra aprovechó su viaje para intercambiar impresiones respecto a los últimos incidentes protagonizados por Ryanair y buscar refrendo en el ejecutivo alemán para apretar a la compañía irlandesa, que posee una extraordinaria capacidad vírica para expandir su modelo de negocio por Europa. En su corazón financiero, en Alemania, Lufthansa, la aerolínea con pabellón germano, ultima entretanto su asalto al mercado del low cost, donde reina el azul y amarillo de Ryanair. En otro escenario más rtuliante, el del congreso de aerolíneas de bajo coste, fue premiada Vueling, presidida Josep Piqué, ministro en diferentes carteras en la era Aznar.