VITORIA. La Diputación alavesa ha tomado nota de las fechas del calendario y ha decidido auspiciar las medidas adecuadas para facilitar uno de los espectáculos naturales más imponentes que se pueden observar en el territorio histórico: la berrea de los ciervos. En ese sentido, el Departamento foral de Medio Ambiente y Urbanismo ha apostado por restringir el tránsito rodado por las pistas y caminos existentes en el macizo del Gorbea, sobre todo, en los términos municipales de Zuia y Zigoitia. Allí vive una colonia importante de este cérvido rumiante tras el éxito de su reimplantación con ejemplares traídos de Toledo y Cazorla en varias tandas durante el siglo pasado. Sea como fuere, el veto tendrá lugar entre el 3 de septiembre y el 7 de octubre con el fin de proteger el apareamiento de esta especie.
En esta etapa, los ciervos se encargan de anunciar el otoño con sus bramidos al sentir la llegada del celo de las hembras, circunstancia que llega acompañada de un ritual que incluye luchas y golpes de cuernos y carreras. Cualquier perturbación en este cortejo podría dar al traste con la reproducción de estos venados. De ahí las restricciones en curso, que se han comprobado acertadas en años precedentes dentro de lo establecido en el Plan de Gestión de la especie.
El inicio de la berrea se puede adelantar o atrasar hasta un par de semanas, dependiendo de las primeras lluvias de septiembre, pero para finales de dicho mes ya resuena con insistencia en el Gorbea. Por ello la importancia de las medidas a adoptar, que aparecen desgranadas en una orden foral publicada en el Boletín Oficial del Territorio Histórico de Álava (Botha) el pasado 17 de agosto, normativa a la que ha tenido acceso este diario. Estas limitaciones estarán vigentes en territorio alavés desde las Peñas de Arralde y Leizaranda, por el norte, hasta el borde inferior de las masas forestales situadas por encima de la A-3610 y la autovía N-622 -en terrenos de Murua, Manurga, Zárate, Aretxaga, Markina y Sarria-, por el sur. De este a oeste, las limitaciones atenderán a la superficie que existe entre las pistas de acceso a las canteras del Gorbea -desde Murua hasta Leizaranda- y la pista que discurre paralela al río Bayas, en Sarria, junto a Peñas de Arralde.
Las resticciones contarán con salvedades. En ese sentido, la citada orden foral, firmada al unísono por la diputada del ramo, Marta Ruiz Cerrillo, y por la directora del Departamento de Medio Ambiente y Urbanismo, Belén Echevarría, permitirá el acceso, previa autorización, a usos relacionados con aprovechamientos cinegéticos, de madera, pastos, roturaciones, malezas o investigaciones científicas. Asimismo, los recorridos ecuestres y en bicicleta de montaña, colectivos o individuales, deberán contar con el permiso del Órgano Gestor del Parque. Por su parte, los itinerarios a pie en el sector de la berrea únicamente serán posibles si se dan exclusivamente a través de la Red General de Sendas.
La berrea es el periodo de celo del ciervo. El nombre hace referencia al sonido gutural que emiten los machos como parte de un ritual destinado a llamar la atención de las hembras. En principio, los machos ganadores reúnen harenes de hasta 50 ciervas.