Madrid. El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, se reunió ayer con los cooperantes prosaharuis que quieren viajar el siete de agosto a los campamentos de Tinduf (Argelia) con el fin de convencerles de que no lo hagan por la inseguridad que hay en esta región.

El Gobierno insiste en que pueden ser objetivo de secuestro por parte de grupos terroristas procedentes del norte de Mali, como los que mantuvieron cautivos durante nueve meses a los cooperantes Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón.

Exteriores asegura que esta medida está razonada y "no tiene ninguna intencionalidad", más allá de la de garantizar la seguridad de los voluntarios ante la amenaza de secuestro, según las fuentes.

García-Margallo aseveró el lunes que el Gobierno disponía de información fidedigna de que se iba a perpetrar una secuestro "inminente" de voluntarios españoles en Tinduf. "No son cosas hipotéticas. Es una amenaza muy específica. La decisión se ha tomado por un cuestión de responsabilidad", según las fuentes.

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla, Miguel Castro, afirmó que el viaje se llevará a cabo a pesar de los intentos de Exteriores de persuadirles para que desistan. "No nos van a convencer, ni nos van a vencer. Nos parece una equivocación lo que está haciendo el Gobierno. Es un desafío y una afrenta", apuntó Castro, quien también volará a Tinduf la como parte del grupo de voluntarios. Según Castro, "hace falta dar un golpe en la mesa y decir que ya basta".