Vitoria. Finalmente, las decenas de piezas cerámicas con inscripciones presuntamente de época romana halladas en el yacimiento de Iruña Veleia serán sometidas a un análisis arqueométrico que, a priori, debería zanjar definitivamente una polémica que data ya desde hace seis años. La jueza encargada de investigar a la empresa Lurmen, a la que las instituciones denunciaron por cometer un supuesto fraude y presentar como autenticas las piezas, ha solicitado al Instituto de Patrimonio Cultural de España que analice en detalle las cerámicas, que sí son romanas, para averiguar la antigüedad de las inscripciones.

Ya en un primer momento la jueza pidió a la Guardia Civil y a la Ertzaintza que dataran los grafitos, pero ambos cuerpos se confesaron incapaces de aportar un veredicto, pues carecían de la tecnología necesaria para hacerlo. La instrucción quedó paralizada, mientras los defensores de la autenticidad reclamaban que se efectuaran las pruebas arqueométricas y quienes creen que los grafitos son falsos afirmaban que ni las técnicas más modernas podrían arrojar un resultado definitivo sobre las ostracas.

Finalmente, tal y como anunció ayer la portavoz de Lurmen, Idoia Filloy, los análisis correrán a cargo de una institución de "contrastada experiencia" a la hora de detectar fraudes relacionados con el patrimonio.

El Instituto de Patrimonio Cultural de España "tiene la capacidad para la realización de análisis muy específicos de los grafitos (por ejemplo, aplicación de microscopía electrónica de barrido), mediante los cuales se podrían llegar a datar los grafitos, realizar un cotejo de las incisiones que presentan las piezas para detectar coherencia o un estudio pericial de los posibles útiles usados para su confección, entre otras pruebas", explicó Filloy.

Para la arqueóloga, la decisión de la jueza de seguir adelante con los análisis pese a los contratiempos surgidos durante la investigación "contradice las declaraciones de quienes afirman que es imposible una resolución arqueométrica del caso y que no existen tales pruebas analíticas".

El Instituto de Patrimonio Cultural de España cuenta con arquitectos, arqueólogos, etnógrafos, restauradores, físicos, geólogos, químicos, biólogos, documentalistas, informáticos, bibliotecarios, archiveros y conservadores.