Vitoria. Está bien que el consejero de Sanidad del Gobierno Vasco se presente como un adalid de la sanidad pública vasca y de no hacer cargar los sobre costes sobrevenidos de la crisis en las espaldas ya bastante laceradas de pacientes y funcionarios, pero la realidad es tozuda y dice que los trabajadores de Osakidetza ya han sufrido recortes en sueldos, ajustes de horarios y reducción en la contratación, amén de otras circunstancias de mayor control. Al menos ésta es la denuncia de más de 800 facultativos vascos que denuncian el deterioro de la calidad asistencial por los recortes sistemáticos en los centros de atención primaria y pediatría de Euskadi. En un documento rubricado por los facultativos de 85 centros alertan también de la ineficacia del programa electrónico de receta SUPRE, que califican de herramienta publicitaria del consejero Rafael Bengoa.

El malestar entre los profesionales de Osakidetza por el tijeretazo en la asistencia de primaria y pediatría no deja de crecer. Ello ha llevado al Sindicato Médico de Euskadi (SME), la Asociación Vasca de Pediatría de Atención Primaria y la Asamblea de Atención Primaria de Gipuzkoa a enviar sendos escritos al director general de Osakidetza, Julián Pérez Gil, en los que acusan al Servicio Vasco de Salud de no sustituir a los médicos ausentes y, por otro lado, denuncian -tal y como lo han hecho también desde la Asociación Vasca de Medicina de Familia-Osatzen- que la ineficacia del programa SUPRE (Sistema Unificado de Prescripción de la Receta Electrónica) está provocando un gran caos en las consultas.

Tal y como explican en un escrito, suscrito hasta la fecha por más de 800 facultativos, la falta de sustituciones obliga al resto de los facultativos a añadir a estos nuevos pacientes a su cupo diario, lo que está suponiendo un preocupante recorte del tiempo de atención a los pacientes y un grave deterioro de la calidad asistencial.

sin sustituciones La falta de sustituciones se lleva produciendo desde el pasado mayo, cuando la Dirección del Servicio Vasco de Salud dejó sin vigor la Instrucción 1/2008, por la cual Osakidetza se comprometía con los representantes médicos a sustituir íntegramente las ausencias reglamentarias de los médicos y pediatras de un centro de salud o, en su defecto, a compensar a los médicos que tuvieran que asumir el exceso de pacientes provocado por las citadas ausencias.

Sin embargo, como explican estas tres organizaciones médicas, la razón aducida por la Dirección de Osakidetza para no seguir cubriendo las bajas y obligar al resto de los médicos a atender a esos enfermos es la supuesta ilegalidad de esta instrucción, una norma vigente desde hace ya cuatro años y que fue fruto del Acuerdo de Condiciones de Trabajo firmado por la Administración con los representantes sindicales. Sin embargo, para los médicos de Osakidetza se trata de un claro reflejo de la aplicación de los recortes que está llevando a cabo el Gobierno López en la Sanidad y una nueva vulneración del Acuerdo".

Estos sanitarios lamentan también el trato desigual que reciben por parte de la Administración con respecto a los facultativos de hospitales. En su opinión, contar con 10 minutos por consulta y asegurar las sustituciones del médico ausente, son presupuestos imprescindibles para garantizar una "agenda de calidad". "Tenemos que disponer de un número de consultas diarias que permita un trato digno a cada paciente". "A nadie se le ocurre -ironizan- exigir a los cirujanos que operen a toda velocidad por el simple hecho de sus compañeros están de vacaciones". Las tres organizaciones advierten a la dirección de Osakidetza, que la situación motivará problemas crónicos de asistencia en las consultas de atención primaria, en forma de listas de espera y malestar en los usuarios.

Los datos de plantilla Desde el Sindicato Médico de Euskadi denuncian también la negativa de Osakidetza a facilitarles los datos sobre la Plantilla Estructural del Servicio Vasco de Salud. La Plantilla Estructural es una relación de todas y cada una de las plazas existentes en Osakidetza con su número de identificación, indicación de quién es su propietario, si la está ocupando o no, qué plazas están vacantes, quienes las ocupan en interinidad o si están vacías del todo… "Con estos datos, los sindicatos podemos ejercer un cierto control y poner coto a muchas arbitrariedades en la ocupación de plazas. Se posibilita la comprobación de que en los traslados y las OPEs se saquen bien las plazas a concurso y no se oculten las que les interesen", explican. Es fácil entender que este control externo no sea del gusto de los dirigentes sanitarios. Sin embargo, todos los gobiernos de Osakidetza, hasta la llegada de Bengoa, han facilitado a los sindicatos las citadas plantillas, "porque hablamos de un servicio público y de un elemento imprescindible para el control democrático de ese servicio", remachan.