Olga es una de las muchas madres a las que no les quedó otra que llevar al niño al colegio, a pesar de estar de acuerdo con la convocatoria de huelga de ayer en la enseñanza, pero es que, tal y como dice, "no están las cosas para pedir días" en el trabajo.
"Tenemos que trabajar y tenemos que hacer algo con los críos. No me puedo pedir todos los días tiempo para reuniones y tal", dijo esta madre a las puertas del colegio público Escuelas Bosque, en Madrid, un centro de primaria al que acudieron sobre las nueve de la mañana la mayoría de sus 400 alumnos. La ausencia en este colegio fue en proporción más palpable entre los profesores, ya que faltó un tercio de los mismos, según fuentes de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. "Los profesores tienen derecho a hacer huelga, como todos, pero reconozco que los niños con tanta huelga tampoco se centran", continuó argumentando Olga, que dijo que aunque está de acuerdo con la jornada reivindicativa prefirió, en esta ocasión, "guardar los días para los médicos por si algún niño se pone malo".
Otra madre, con su hijo escayolado, también se acercó al colegio, y lo hizo con convicción porque no sabe "si realmente se hace mucho yendo a la huelga tantas veces" y porque ella, que trabaja en la enseñanza en la Universidad, fue ayer como cada día, a pesar de que respeta y subraya el derecho de los profesores a hacer huelga.
Un respeto que también manifestó Mónica, a la que sin embargo le encantaría no haber llevado a su hijo al colegio: "no había más remedio que traerle porque de corazón yo apoyo la huelga y a los profesores, pero lamentablemente la que no puede hacerla soy yo en este momento".
Mónica opinó que a su hijo no le va a pasar factura en su aprendizaje estos paros escolares-"comparado con lo que está pasando en general, no me parece tanto", apostilló- y comentó que son necesarios porque "cuando a uno no le oyen tienen que gritar más fuerte". Junto a esta madre están otras dos, que están convencidas de que "esto no sirve para nada y perjudica a los niños y a los padres", unas palabras que escuchó de refilón un padre británico, Kevin, que llevó en bici a su hijo al colegio. "Sabía que había huelga, -apuntó- pero yo tengo que trabajar y mi mujer también y por eso tiene que venir. Tienen derecho a manifestar sus quejas -los profesores-, pero también es necesario que la gente, el país, trabaje".
Desde la valla del colegio otra madre, ataviada con la camiseta verde en defensa de la educación pública, comprobó también que su hijo accedió al interior del centro y lo hizo porque está a favor de la huelga y la mejor forma de apoyarla es llevando a los niños, tal y como aseguró que le recomendaron, aunque parezca contradictorio.
También en un colegio público próximo, el Lepanto, acudieron la mayoría de sus 440 alumnos de primaria, mientras que faltaron seis profesores del total de 28. Pero antes de dejar a los niños, muchos de los padres preguntaron en el centro, si iban a ir muchos profesores porque no tenían con quien dejar a sus hijos.