Washington. El cohete Falcon 9 despegó en la madrugada de ayer desde Cabo Cañaveral (sur de Florida) con la cápsula no tripulada Dragon, la primera perteneciente a una empresa privada (SpaceX) que abastecerá a la Estación Espacial Internacional (EEI). La misión comenzó, como estaba programado, a las 07.44 GMT (09.44 hora peninsular española) cuando la EEI orbitaba a unos 400 kilómetros sobre el Atlántico Norte, informó la agencia espacial estadounidense NASA. Unos 180 segundos después del lanzamiento, el segmento con los motores se separó y cayó a tierra, y se encendieron los propulsores de la segunda etapa. A los nueve minutos de vuelo la cápsula Dragon se separó del segundo segmento del cohete Falcon 9 y quedó en su propia órbita, donde desplegará sus pantallas de captación de la energía del Sol y la navegación dependerá de sus propios cohetes de dirección. En el tercer día de la misión, Dragon encenderá esos cohetes para una primera pasada a unos 2,5 kilómetros por debajo de la EEI, lo cual dará la oportunidad a los seis ocupantes actuales de la estación orbital de observar la nave visitante. En el cuarto día de la misión la cápsula volverá a encender sus motores de dirección y empezará a aproximarse a la EEI a la cual se acoplará. Al día siguiente, los residentes de la EEI abrirán la escotilla de la bodega de la Dragon y comenzarán a desembarcar la carga, que incluye 460 kilogramos de alimentos. Será entonces cuando el astronauta estadounidense Don Pettit, en la EEI, operará el brazo robótico del puesto orbital para capturar la Dragon atrayéndola al módulo de laboratorio Harmony donde será adosada. Está previsto que la cápsula Dragon pase 18 días atracada en la EEI.

Spacex Para hacer posible esta misión, la agencia espacial estadounidense NASA ha otorgado a la firma Space Exploration Technologies (SpaceX) un contrato por importe de 1.600 millones de dólares (unos 1.255 millones de euros) para una docena de misiones de naves no tripuladas con la misión de reabastecer al laboratorio espacial internacional, que orbita a unos 380 kilómetros de la Tierra. La NASA concluyó el año pasado el programa de los transbordadores, con los que durante 30 años realizó sus misiones espaciales y con los que abastecía periódicamente a la EEI. Hasta que Estados Unidos tenga otras naves que cumplan misiones similares a sus transbordadores, la supervivencia de los astronautas residentes en la EEI y el mantenimiento mismo del complejo orbital depende de naves rusas. Pero el gobierno estadounidense, que se ha marcado nuevos objetivos en materia de exploración espacial, se ha asociado con la empresa privada para que desarrolle vehículos que puedan hacer esas labores de abastecimiento, mientras se centra en misiones como llevar aun asteroide o enviar la primera misión tripulada a Marte. Esto es una novedad, ya que desde sus comienzos como parte de la Guerra Fría y la competencia científica y militar entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, la exploración espacial, aunque ha habido colaboración con el sector privado, ha sido principalmente un esfuerzo, y una inversión, de recursos gubernamentales.