Donostia. Los alardes mixtos de Irun y Hondarribia, representados por la Asociación Alarde Publikoaren Alde Akardezak Elkartea, recibieron ayer el premio Emakunde a la Igualdad, en un acto celebrado en el Kursaal donostiarra y al que acudieron numerosos rostros conocidos como el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre; ; la presidenta de Juntas Generales, Lohitzune Txarola; la portavoz foral, Larraitz Ugarte; la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta; la consejera de Justicia, Idoia Mendia; la portavoz socialista Rafaela Romero; el Ararteko Iñigo Lamarca; o el concejal del PNV en el ayuntamiento de Irun José Corchón.

La fiesta para los homenajeados comenzó a las 18.00 horas, en el kiosco del bulevar donostiarra. Desde allí, más de medio centenar de personas comenzaron su particular desfile hacia el Kursaal, bajo las marchas tradicionales de la fiesta.

El acto, que comenzó a las 19.00 horas, fue "uno de los más emotivos de los que se recuerdan", según afirmaron algunos asistentes. Uno de los momentos más emocionantes se vivió cuando las representantes de las dos compañías recibieron el premio, cuando todo el auditorio se puso en pie para ovacionarlas.

"Es un premio que nos hace mucha ilusión porque llevamos 17 años luchando por conseguir la igualdad de las mujeres en las fiestas y, en concreto, en los alardes. Ha sido una grata y agradable sorpresa", señalaba Txaro Arribas, representante del Alarde igualitario San Marcial de Irun. "Que te reconozcan el trabajo que llevas realizando es un ánimo y un espaldarazo para seguir trabajando", apuntó por su parte Ixabel Alkain, representante de la compañía Jaizkibel de Hondarribia.

Ambas compañías mixtas llevan 16 años luchando por la igualdad de la mujer en los alardes, una batalla que ha traído muchos cambios pero que ha provocado una fuerte brecha social entre la población de irundarra y hondarribitarra. "Los primeros años fueron muy duros tanto en lo social como en lo personal, pero estos últimos años han sido de gran satisfacción porque en Irun tenemos un alarde mixto, sin exclusiones, donde francamente participan cada año más personas, mujeres y hombres, y, además, se está cerrando la fractura social que se produjo. Ahora la actitud es mucho más respetuosa e incluso, en ocasiones, de franca simpatía", reconoció Arribas. "La situación ha evolucionado muchísimo y que ya son muy pocos los hondarribitarras que se empeñan en agarrarse al pleistoceno de una forma agresiva. El resto nos conocen, nos han visto y nos tienen muchísimo respeto", sostuvo Alkain.

Uno de los principales logros de ambos alardes ha sido lograr la involucración de un buen número de hombres que se han sumado a sus reivindicaciones. "No reconocer este hecho sería injusto. Hay muchos hombres que sienten que una fiesta en la que no se deja participar a las mujeres no es una fiesta, que ese derecho que tienen de participar en el alarde por el hecho de ser hombres tampoco les interesa. En este sentido hay muchos hombres que han trabajado codo con codo con nosotros y a los que solo nos queda reconocer su aportación, su valor y su trabajo", manifestó la representante irundarra. "La involucración de los hombres ha sido fundamental desde el primer momento. Nosotras queríamos participar de la fiesta junto con nuestros hermanos y amigos, pero ellos podían seguir participando y, en cambio, muchos de ellos han estado con nosotras desde el primer momento", aseveró la hondarribiarra.

A pesar de que la lucha lleva ya 16 años, ambas representantes coincidieron al señalar que queda mucho camino que recorrer. "Lo ideal sería que tuviésemos un alarde público, como hace 18 años, sin ningún tipo de discriminación", aventuró Arribas. "Lo que queremos es disfrutar con todos los hondarribitarras", apuntó Alkain.