Vitoria. Itxaropena, la asociación alavesa de personas con baja visión, decidió en su día formar un equipo de goalball, la disciplina deportiva específica para personas con discapacidad visual que más adeptos tiene a nivel internacional, y se dispuso a competir. Sin embargo, según denuncia a este diario esta organización, la Federación Española de Deporte para Discapacitados se negó el pasado mes de septiembre a hacerles la correspondiente ficha alegando que todos sus miembros debían estar afiliados a la ONCE, una entidad privada, para poder competir en ésta o en cualquier otra modalidad deportiva para personas con visibilidad reducida.

Según explica Pedro González de Viñaspre, portavoz de Itxaropena, esta normativa de la Federación "supone que más del 80% de las personas discapacitadas visuales y todos los extranjeros con dicha condición no pueden competir", pues tampoco pueden acceder a la ONCE, que cuenta entre sus afiliados con aproximadamente el 15% de las personas con problemas de visión del Estado.

Itxaropena ha llevado su protesta al Ararteko, que ha alertado sobre esta situación al Defensor del Pueblo español, y al Gobierno Vasco, que instó a la Federación vasca a hacer ficha a los jugadores del nuevo equipo, que de esta forma pudo competir con la camiseta de la selección de Euskadi en un torneo cuadrangular autonómico celebrado el pasado fin de semana en el centro cívico Ibaiondo de Vitoria.

También el Consejo Superior de Deportes, diferentes federaciones o el Comité Paralímpico (el goalball estará presente este verano en Londres, como en las nueve citas olímpicas anteriores) han recibido estas quejas y su respuesta ha sido "desigual", apunta González de Viñaspre. El portavoz de Itxaropena asegura que el de Vitoria es "el único equipo en todo el Estado que no forma parte de la ONCE" y explica que la asociación lucha para "romper este monopolio y competir en pie de igualdad, nosotros y todos los deportistas, españoles y extranjeros, que han intentado hacerlo durante años y se les ha impedido".

Consultado por este periódico, el secretario general de la Federación Española de Deportes para Ciegos, José Luis Fernández Colla, explicaba ayer que la razón por la que se sólo se abre ficha a deportistas afiliados a la ONCE es que el grado de ceguera que exige esta organización privada para admitir a sus socios es el mismo que requiere la federación para aceptar a sus deportistas, y por ello se ha utilizado este "filtro". Sin embargo, y ante las quejas recibidas, Fernández Colla aseguró que a partir de la próxima temporada se adquirirá la infraestructura necesaria y se contratara a "clasificadores oftalmológicos deportivos" que permitan hacer la criba desde la propia Federación. Según Fernández Colla, "en España sólo hay dos especialistas" en este tipo de exámenes, y por ello se optó en su día por federar sólo a los afiliados de la ONCE que sólo por ello ya cumplen los requisitos exigidos.

Velocidad y reflejos En todo caso, el equipo de goalball de Itxaropena podrá competir a partir de septiembre de forma oficial en una disciplina que en el Estado cuenta con una liga en la que juegan una treintena de equipos. Este deporte, la única modalidad paralímpica específica para invidentes, fue gestada como un programa de rehabilitación para veteranos de la Segunda Guerra Mundial, y enfrenta dos equipos de tres jugadores que deben utilizar su velocidad, sentido de la orientación y reflejos para evitar que el balón, relleno de cascabeles, entre en su portería, y procurar endosar goles al rival. Todos los jugadores de goalball utilizan antifaces para que la competición se desarrolle en igualdad de condiciones. El campo, de 18 por 9 metros de superficie, se marca en relieve para los participantes puedan orientarse.