DONOSTIA. Así lo ha manifestado a los periodistas Miguel Castells, el abogado que representa a la familia como acusación particular en este juicio, que se va a desarrollar durante toda esta semana en el Juzgado de Menores de la capital guipuzcoana en sesiones de mañana y tarde.
Al término de la sesión matinal de hoy, en la que ha declarado el procesado, Castells ha atendido a los medios de comunicación en el exterior del Palacio de Justicia donostiarra, donde ha recordado que esta misma semana se cumplirá un año de la muerte de Amaia Azkue por lo que ha pedido a los periodistas que respeten el "dolor" y la "intimidad" de los familiares de la fallecida.
No obstante, el letrado no ha querido desvelar detalles de la declaración del acusado, ya que la vista se está celebrando a puerta cerrada, un derecho que, según ha recordado, asiste a los menores cuando son juzgados, si bien ha reconocido que en este caso existía la posibilidad de que el juicio tuviera lugar en audiencia pública, algo que él mismo solicitó con el fin de que los periodistas pudieran informar porque "la sociedad está demostrando un interés por este tema".
Ha reconocido que existe una "inquietud" social, "dado lo que ha ocurrido" y porque "es una cuestión de interés general", a pesar de lo cual la juez ha entendido que es necesario "preservar la situación del otrora menor".
En cualquier caso, ha desvelado que la vista celebrada esta mañana "ha transcurrido con absoluta normalidad" sin "ningún incidente digno de ser reseñado".
"No ha habido cuestiones previas complejas y se ha entrado enseguida en el interrogatorio" del acusado, ha puntualizado Castells.
Por su parte, el abogado de la defensa, Joanes Labayen, ha rechazado hacer declaraciones sobre la declaración de su cliente, que se enfrenta a una petición de diez años de internamiento y de otros cinco de libertad vigilada por parte de las acusaciones.
Según la versión de los hechos que en su momento ofreció la Ertzaintza, el día del crimen Amaia Azkue, de 39 años, habría recogido al imputado en su vehículo en Zarautz para trasladarlo hasta Azpeitia.
Durante el viaje, el encausado la habría amenazado y sustraído diversos enseres, incluidas tarjetas de crédito, y posteriormente habría acabado con su vida "golpeándola fuertemente en la cabeza", tras lo que "abandonó el cuerpo, maniatado, en el embalse de Ibai-Eder y trasladó el vehículo de la víctima hasta el aparcamiento de Loiola".
Esta previsto que el juicio se reanude esta tarde con la declaración de dos ertzainas que tomaron parte en el caso.