La tradición cristiana cuenta que una estrella surcó los cielos para guiar a los Reyes Magos hasta el portal de Belén y poder entregar así al niño Jesús sus presentes. Este año sus Majestades de Oriente tendrán el camino hacia Álava mejor señalizado que nunca porque una muy especial decidió iluminar ayer el territorio con su luz propia. Izaro (de Izar, estrella en euskera) nació a las 7.05 horas, sin pausa pero sin prisa.

Una sonrosada niña de 3.470 gramos y 48 centímetros que, sin duda alguna, llegaba a este mundo haciendo gala a su nombre. Y es que posó ante los flashes de las cámaras sin derramar ni una sola lágrima, a pesar de no tener ni tan siquiera cuatro horas de vida.

Izaro llegó cuando en el ala de Maternidad de Txagorritxu ya pensaban que el primer bebé alavés del año se haría de rogar, pero una vez que entró por las puertas de su particular portal de Belén, fue un visto y no visto. Y es que en apenas dos horas, la madre de Izaro, natural de Otxandiano pero residente en Vitoria, hizo los deberes y sostenía en brazos a su pequeña. Será por aquello de que su aita, Alberto Fernández de Gorospiza, es carrocero y su ama, Oihane Gómez, es montadora aeronáutica, que lleva la velocidad en la sangre y puso la directa para adelantar al resto de los niños fechados para ayer.

Porque Izaro no sólo casi batió un récord de velocidad en el parto sino que, además, también se adelantó dos días a su fecha prevista para llegar con el pan debajo del brazo. El que la asociación de panaderos de Álava le proporcionará durante todo el año cada día por convertirse en la primera alavesa de 2012. "Seguro que comerá bocatas", sonreía orgulloso Alberto. Mientras tanto, Oihane "con un poco de vergüenza" relataba cómo las tablas que le dio su primer hijo Markel, de tres años, le habían servido de algo en esta ocasión. "Tomamos las uvas, a las 3.00 fuimos a dormir para las 5.00 horas hemos venido y dos horas después había nacido", resumía la ama.

Más tranquilo fue el primer bebé varón alavés del año. Hubo que esperar hasta las 15.20 horas para que Nicolás se diera a conocer y superar las expectativas de cualquiera con sus 4.500 gramos. Al igual que Izaro, el pequeño recibirá una barra de pan diaria. Así que no olviden que este año los regalos están asegurados. Con Izaro al frente, los Reyes Magos no tendrán pérdida.