La mala alimentación y el sedentarismo están detrás de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha dudado ya en calificar como "una amenaza imparable" para la sociedad actual. Ésta no es otra que la obesidad, una patología que muy frecuentemente debuta en la edad infantil y que constituye la segunda causa evitable de muerte a nivel global por detrás del consumo de tabaco. Más de un 20% de la población alavesa sufre de obesidad o sobrepeso, un grado menos en el exceso de masa corporal. Las enfermedades cardiovasculares y la diabetes son sólo dos de las principales consecuencias que puede acarrear convivir con estos trastornos durante demasiados años. No es de extrañar, por tanto, que abordarlos en los pacientes más jóvenes se haya convertido en una preocupación de primer orden para los profesionales de la medicina.

"Un niño con sobrepeso puede convertirse en un adulto obeso y enfermo", advirtió ayer el responsable de la unidad de Endocrinología Pediátrica del Hospital Txagorritxu, Ignacio Díez. El centro de José Atxotegi dio el pistoletazo de salida a las I Jornadas de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario de Álava (HUA) y Comarca Araba, una cita abierta a la ciudadanía que se extenderá hasta el jueves y se vertebrará a través de múltiples ponencias. Txagorritxu, concretamente el servicio capitaneado por Díez, sabe mucho de lo que es luchar contra la obesidad infantil y por ello ayer mostró sus últimos avances al respecto en el salón de actos de este centro.

El programa Niñ@s en movimiento desarrollado entre los pasados meses de marzo y junio se ha erigido como una estrategia muy valiosa para ayudar a pacientes de entre 8 y 13 años con exceso de peso a dar un golpe de timón a sus vidas y apuntarse a los buenos hábitos. Este abordaje intensivo fue creado en el Hospital Vall D'Hebrón de Barcelona y exportado a Txagorritxu en colaboración con el grupo de investigación Nutrición y Obesidad de la UPV y el Ayuntamiento de Gasteiz, que aportó financiación.

El personal de Txagorritxu participó en el reclutamiento de 40 niños que posteriormente tomarían parte en el programa, cuyo objetivo principal pasa por educarlos en buenos hábitos alimentarios y de estilo de vida. La intensividad, tres meses de duración con sesiones semanales de hora y media, la metodología, muy centrada en el desarrollo positivo de la emocionalidad y la asertividad del niño, y la participación, la educación no sólo del pequeño sino también de los familiares en sesiones paralelas, son tres de sus características principales. Un programa "integral y colectivo que busca la mayor implicación del niño", según expuso Díez, en contraposición a los tratamientos clásicos, individualizados y con los que apenas se logran resultados.

Bases del éxito Con estos mimbres, el equipo de Díez ha logrado un éxito sorprendente: Nueve de cada diez participantes en el programa redujeron su índice de masa corporal (IMC), lo que permitió a muchos niños obesos pasar a tener sobrepeso y a la mayoría de los que sufrían de sobrepeso moderado a disfrutar de un IMC correspondiente a un niño sano. Los análisis de sangre realizados también redujeron los grados de tensión arterial, uno de los aspectos relacionados con el riesgo cardiovascular.

Los cambios de hábitos promovidos en los talleres ayudan a contextualizar estos resultados. Mientras que antes del programa sólo cuatro de cada diez participantes reconocían que su dieta era adecuada, un 90% reconoce en la actualidad que hace una dieta de calidad, con un consumo mucho más significativo de fruta, verdura y pescado.

El trabajo realizado en torno a la actividad física también ha tenido sus efectos, porque los que ahora dedican más de una hora diaria a ella son el doble que antes del programa. En cuanto al ocio de pantalla, la media de tiempo dedicada antes del programa era de 80 minutos diarios por los 60 de después. "Los participantes empiezan las sesiones siendo niños retraídos, aislados, y las terminan llorando, pero de alegría", sintetizó gráficamente el especialista. Los profesionales de Txagorritxu pretenden ampliar el programa, gratuito, a 50 o 60 familias más próximamente.