Su denominación oficial es Paseo de La Ilíada, pero la popular es Pasaje del terror. La falta de iluminación entre los números 13 y 27 de este tramo de Salburua ha provocado que para los residentes en este barrio nuevo gasteiztarra sea toda una odisea atravesar esa solitaria calle, a oscuras, llena de soportales, pero vacía de vecinos a los que pedir auxilio en caso de necesitarlo. A esta pesadilla se enfrentan día tras día las mujeres que viven en distritos nuevos como éste de Vitoria cada vez que quieren llegar a sus casas cuando cae la noche. O hasta que ésta se vaya porque transitar por este punto a primeras horas de la mañana para ir a los centros laborales y educativos atemoriza por igual a sus residentes.
Sobretodo, tras el inicio del horario de invierno del pasado 30 de octubre que trajo consigo que a las 17.43 horas el sol ya se oculte. Lo que a su vez supuso menos horas de luz natural sin que fueran compensadas con la artificial, dado que no hay ninguna farola en esta zona de Salburua, desde los portales 13 al 27. No en vano, los que viven en el sector 13 sólo tienen luz en su tramo de calle y exclusivamente en la acera de las viviendas habitadas, al ser un barrio en plena construcción. Enfrente de ellas, sólo hay más tinieblas, que hacen calificar este recorrido, digno de figurar en el mapa prohibido de las féminas gasteiztarras, como el pasaje del terror. "Las mujeres que vivimos al final de la calle tenemos que ir volando, en coche o acompañadas para evitar tener miedo a lo que puede haber en la vía", critica Juana García.
Por desgracia, esta residente de Salburua no es la única que se queja de la inseguridad en este distrito que encabeza la expansión por el este de la ciudad. El buzón ciudadano del Consistorio gasteiztarra está lleno de mensajes que exigen que se instalen con inmediatez sistemas de iluminación. Algunos escritos los urgen por el miedo que pasaron tras una visita esporádica. "La última de mis amigas se ha ido a vivir a Paseo de La Ilíada. El miércoles quedé con ella en su casa y, como no tengo coche y las líneas de urbano no llegan, fui desde Bulevar de Salburua hasta allí andando. Menos mal que no ocurrió nada, pero en un momento me encontré en una calle sin ninguna luz de farola, sin cobertura de móvil en un tramo de la calle y, para más inri, frente a mí venían dos tipos", denuncia la protagonista de esta experiencia que ha decidido autodenominarse como vecina con mucho miedo en un comentario dejado este mismo jueves.
La soledad en algunas de estas vías del sector 13 la sufre en carne propia otra mujer, al ser una de las pocas vecinas del único bloque de la calle Isaac Puente Amestoy. "Yo entiendo que los principios de un barrio son así, pero nos facilitarían mucho las cosas si pasara el transporte público por este paseo y de ahí se dirigiera a Arkaiate", propone Piscis, otra allí afincada.
Las críticas en el buzón ciudadano no sólo las dejan féminas. También lo hacen hombres solidarizados con ellas, con sus hermanas o parejas. Pero también por el terror que trae consigo el riesgo de sufrir atracos, por la falta de iluminación, en esta zona alejada de la mano municipal "Que aceleren la construcción de Salburua porque hay un par de edificios entregados y la gente que vivimos ahí pasamos miedo. Señor alcalde, ¡dale vida al sector 13 ya! No queremos que pase nada", reivindica Luis Muñoz.
más trabas
Socavones y miedo a coger el bus
Los problemas no sólo persisten cuando al madrugar el vecino del sector 13 todavía tiene que atravesar esos puntos negros cuando aún no ha amanecido. "Tenemos que sortear aceras con agujeros. Los de Ensanche 21 podrían tapar ya los que hicieron en su día para poner las farolas. También hay tapas de registro mal puestas y cascotes, por la basura dejada por los obreros cuando hace dos meses pusieron las aceras", se queja J. R. López.
También lo hacen los que censuran la opacidad de las políticas del Consistorio ante su falta de respuesta por no poner farolas, al tiempo que éstas intentan potenciar el transporte público en el barrio. "Yo, si tengo que sacar el coche para recorrer esos metros que a las siete de la mañana resultan totalmente amenazadores (especialmente considerando que soy mujer), no lo voy a hacer para dejarlo aparcado al lado del autobús. Lo cogeré para hacer todo el recorrido. ¡Viva la Green Capital!", ironiza este escrito dejado el pasado lunes. Con la misma sorna lo hacen los que sugieren iniciativas vecinales para salir del paso. "Seguimos sin tener noticias y sin tener luz, ¿me prestan el coche oficial para pasar el tramo?".
Otra solución "muy buena", a juicio de los allí domiciliados, también pasa por rentabilizar a fondo los recursos en materia de Seguridad Ciudadana. "La próxima vez que quiera pasar por allí que me acompañe una patrulla de la Policía Municipal o mejor Maroto y su séquito de guardaespaldas". Aunque los vecinos comprenden que haya que ahorrar por la crisis, no entienden que sea a costa de la seguridad ciudadana. "Me han dicho que la falta de iluminación es para evitar robos. Supongo que económicamente es mejor que no me roben, pero lo de que me violen a mí, personalmente, no me parece muy atrevido. ¿Al alcalde igual sí?", denuncia otra mujer.
La asociación vecinal Salburua Bizirik ya ha tomado nota de las quejas de los afectados por este pasaje del terror. Según anuncia en el propio buzón ciudadano, ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para que tome cartas en este asunto "con carácter urgente".