DONOSTIA. Según la sentencia del caso, a la que hoy ha tenido acceso EFE, los hechos ocurrieron sobre las 8:30 horas, cuando en un primer momento, el procesado, de nacionalidad libanesa, abordó a la mujer en el Boulevard y le dijo que tenía 300 euros.

Como la chica continuó su camino, el encausado comenzó a perseguirla hasta su domicilio y, al llegar al portal, se introdujo en el inmueble tras ella, se abalanzó sobre la mujer, intentó besarla, la empujó hacia el fondo de la estancia y "comenzó a tocarle", mientras la víctima intentaba "quitárselo de encima, rechazándole y golpeándole con los brazos".

Sin embargo, el violador "aprovechó su mayor corpulencia", le golpeó en la cara, "le hizo soltarse el pantalón a la fuerza y bajárselo" se echó sobre ella, y la arrojó al suelo, al tiempo que le aferraba por los pelos y "le golpeó la cabeza contra el suelo" y la violó, sin que la víctima cejara en su "intento de rechazarle".

En un momento de la agresión, el hombre "dirigió una mano a uno de los bolsillos traseros de su pantalón simulando que iba a coger un arma blanca" con intención de intimidar a la perjudicada.

Cuando la chica comprobó que su resistencia resultaba "inútil y contraroducente", porque cuanto mayor era su oposición "más fuerte le pegaba el acusado", decidió dejar de resistirse y llegó a perder el conocimiento "durante un breve lapso de tiempo".

El encausado, que no llegó a eyacular, abandonó el portal y se alejó apresuradamente del lugar mientras se colocaba el pantalón, tras lo que, unos minutos después, la víctima acudió a dependencias de la Guardia Municipal para denunciar los hechos.