Vitoria. La recaudación de los locales de hostelería de la ciudad decrece a medida que se consume el año y los profesionales del sector no ven la manera de detener la sangría económica. Responsabilizar a la crisis de estos males resulta tan lógico como poco eficaz y algunos hosteleros de locales de referencia de Vitoria han echado la persiana durante los últimos meses o están a punto de hacerlo. Dentro de los que se encuentran en este segundo grupo, algunos han dado con una tabla de salvación provisional que les permitirá mantenerse a flote a la espera de que los vientos de la clientela vuelvan a soplar a favor. Han apelado a los titulares de los locales y renegociado sus alquileres a la baja para poder disfrutar de un más que necesario desahogo. "Todos sabemos lo mal que están las cosas ahora mismo y algunos de los dueños de los establecimientos han rebajado las rentas hasta en un 25% en algunos casos", explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Álava y responsable del Restaurante Andere, Fabián Tobalina.
Al entrar a valorar el panorama actual del sector, a Tobalina se el tuerce el gesto. "Fatal", reconoce. Por ello admite que es "todo un alivio" lograr una rebaja en los alquileres. En su opinión, aunque todas las caras del negocio están atravesando un momento muy duro, la carga más pesada está recayendo sobre los locales expecializados en el ocio nocturno: pubs y discotecas. "Los locales de copas lo están pasando realmente mal. Una encuesta sobre Turismo realizada recientemente resulta especialmente ilustrativa en este aspecto. Se les preguntaba a los visitantes que acababan de pasar por Vitoria por su gastronomía y ellos la puntuaban con un 10. Cuando se les preguntaba por el ocio nocturno, la nota bajaba hasta el 3", expone.
Basta con dar un paseo por el centro de la ciudad cualquier día entre semana -que no sea el jueves-, a partir de las 21.30 horas, para entender la postura del presidente de los empresarios de Hostelería alaveses. "Oscurece y resulta difícil dar con un establecimiento que te permitan comerte un pintxo a las diez de la noche, cuando siempre se ha cenado a esa hora", lamenta. La situación mejora cuando llega el jueves. La fórmula del pintxopote está sirviendo de balón de oxígeno a muchos locales, sobre todo a los situados en la calle Gorbea y a los que han iniciado la ruta del centro al doble de precio. Sin embargo, Tobalina advierte de la existencia de un riesgo implícito. "Las iniciativas dinamizadoras son positivas, pero no debemos autodegradar la hostelería. Aunque sea jueves y llegue el pintxopote no podemos descuidar la calidad. Aunque los márgenes de beneficio sean menores, siempre hay que apostar por la calidad", subraya.
Decreto de horarios Pedro Castellanos, portavoz de la recientemente creada asociación Hostelería Vitoria, coincide con Tobalina al pintar de negro el contexto económico y al apuntar hacia los locales de ocio nocturno como los más perjudicados. A la espera de que entre en funcionamiento el nuevo decreto de horarios de hostelería del Gobierno Vasco, ha iniciado una ronda de contactos con el Ayuntamiento de la capital alavesa para rebajar la presión policial sobre el cierre de los locales.
El decreto del Ejecutivo, cuya operatividad se prevé completa en enero y cuyo borrador se halla en fase muy avanzada, constituye una reclamación ya histórica por parte del sector. Previsiblemente, ofrecerá media hora más de trabajo real a las discotecas, actualmente muy ahogadas en esta cuestión.
"Desde el punto de vista empresarial -señala Castellanos-, las discotecas han dejado de ser atractivas. En primer lugar, los hábitos de consumo de los clientes se han reducido muchísimo a causa de la crisis. Además, muchos pubs aguantan abiertos hasta las tres o tres y media, con lo que las discotecas sólo disponen de una hora y media para hacer caja antes de que lleguen los agentes para supervisar el cierre. En este sentido, la revisión de los horarios por parte del Ejecutivo no va a dejar de ser una adaptación a los nuevos tiempos. Que nadie espere que vaya a ser la panacea para el sector".
En cuanto a las rebajas en las rentas que pagan los hosteleros, el representante de la agrupación se muestra algo más pesimista. "Es cierto que algunos profesionales han conseguido renegociar la renta a la baja, pero resulta complicado. Los dueños de los locales cuentan con ese dinero para sus cosas y cuesta convencerles", manifiesta.