vitoria. Hacía mucho tiempo que las aulas no estaban tan llenas, y hacía mucho también que los estudiantes no pasaban tanto tiempo en las aulas. Los jóvenes parecen haber tomado nota de quienes les advierten de que la mejor manera de capear la crisis pasa por formarse y especializarse. Es por ello que muchos, lejos de abandonar sus estudios han decidido continuar formándose, bien sea en un centro de Formación Profesional, en la facultad, o en ambos lugares.

Se calcula que casi dos de cada diez alumnos que empiezan la universidad en Álava proceden de la FP. En concreto, el pasado año 293 jóvenes tomaron este camino y algo menos, un total de 256, lo han hecho este curso que acaba de comenzar, si bien es cierto que los datos proporcionados por la UPV/EHU son todavía provisionales a la espera de que aumenten. En definitiva, si se compara con el año 2008-2009, el número de alumnos que decide proseguir con los estudios universitarios una vez terminado el ciclo formativo ha crecido un 40%, y la cifra actual duplica la media del Estado, donde todavía sólo el 9,8% de los estudiantes matriculados en una facultad llegan de la FP.

La crisis económica, con un 45% de paro juvenil -30% en Euskadi-, ha sido probablemente la causa de que muchos titulados hayan decidido continuar sus estudios en el campus. Por lo tanto, algo parece estar cambiando en un país en el que una quinta parte de su población de entre 25 y 29 años tiene un nivel de cualificación bajo. El Gobierno Vasco ya advertía hace escasos meses del peligro que corrían estos jóvenes si se tiene en cuenta que para el año 2020 en Europa se destruirán más de 12 millones de empleos dirigidos a trabajadores sin estudios.

Menor inserción laboral Para hacer frente a esta situación son muchos los que han regresado a los institutos. En Álava las matriculaciones en FP han crecido un 17% desde que estalló la crisis, de ahí que estos estudios se hayan convertido en poco tiempo en una herramienta de rescate para un colectivo condenado al fracaso. Sin embargo, ya ni siquiera los ciclos formativos son garantía de trabajo, tal y como revela la última encuesta llevada a cabo por Egailan, la sociedad pública del Gobierno Vasco para la Promoción de la Formación para el Empleo. La tasa de inserción se sitúa actualmente entre un 60 y un 80%, una cifra bastante alta pero no comparable con la de hace tres años, cuando prácticamente la totalidad del alumnado encontraba un trabajo en los primeros seis meses desde que finalizaba los estudios. De ahí que algunos expertos estén recomendando a los jóvenes completar la FP con una titulación universitaria, una fórmula que permite combinar una preparación más técnica con la formación teórica, pero que requiere, entre otras cosas, agilizar el sistema de convalidaciones para facilitar el acceso de unos estudios a otros.

Precisamente, por primera vez este año los estudiantes de los ciclos formativos han tenido la oportunidad de realizar la Selectividad junto con el resto de alumnos de Bachillerato. En concreto, en Álava, un centenar de alumnos se presentó a la prueba antes de verano para mejorar su nota media y poder acceder así a las carreras con mayor demanda en las mismas condiciones que el resto de los aspirantes.