Vitoria. Como su propio nombre indica, las calle Las Escuelas será la única que de momento albergue el centro de enseñanza Ramón Bajo. Pese a las reiteradas demandas de los padres por reubicar un edifico que se ha quedado pequeño y obsoleto, el colegio no se trasladará a otra arteria de la capital alavesa, puesto que no hay intenciones a corto plazo de mudarlo de su sede, en el corazón de la almendra medieval. Con esta contundencia, el Gobierno Vasco ha descartado hacerlo, puesto que la propia consejera de Educación, Isabel Celaá, responde con un "no" rotundo a la pregunta parlamentaria, formulada por la jeltzale Jone Berriozabal, respecto a si se contempla la posibilidad de mover el centro a otra ubicación.

Aunque Celaá deja clara cuál es la postura al respecto, no pasa lo mismo con los motivos que justifican que las instalaciones se queden donde están. A lo sumo, en la cuestión referida a las intenciones que tiene Educación sobre ellas, se añade que este departamento "no tiene intención de modificar ni el modelo que oferta (el D, implantado en 2002) ni su zona escolar". La consejera echa por tierra así las aspiraciones de los padres que tienen matriculados allí a sus hijos, pero también a los vecinos de este barrio gasteiztarra que reivindica No hay futuro sin escuela. Se trata de una decena de colectivos vecinales y sociales agrupados en la plataforma Auzoan Hazi, Hezi, Bizi del Casco Viejo que incluso llegó a diseñar un proyecto para emplazar la escuela en el palacio Escoriaza-Esquível.

Una idea que a este colectivo les satisfacía del todo y que no tenía nada que ver con la que, a su juicio, les hizo el Consistorio para instalar Ramón Bajo en Fray Zacarías Martínez, en el inmueble que ocupa la nueva comisaría. El grupo vecinal y social que constituye la plataforma rechazó de forma tajante esta proposición el pasado 21 de septiembre por ser una "tomadura de pelo". Según aseguraron entonces, la propuesta no venía acompañada de una partida económica, puesto que el Ayuntamiento condicionaba la mudanza a la aportación que hiciera el Gobierno Vasco, que era, en opinión del gabinete Maroto, el que debía acarrear con los gastos de reforma del edificio. Tampoco, según alegaron, disponía de un diseño de por medio, ni tenía una superficie adecuada para atender todas las plazas. De hecho, si aceptaban irse de la calle Las Escuelas a Fray Zacarías iban a pasar de una infraestructura de 4.152 metros cuadrados a algo menos de la mitad, 1.924 metros cuadros. Poca superficie, si se tiene en cuenta el progresivo aumento de matrículas que ha experimentado el centro en los últimos años. Prueba de ello son los propios datos facilitados por Celaá en los que se detalla que si en el curso 2006-2007 había 120 alumnos, en el actual hay 173 en sus aulas.

Las soluciones Tras esta decisión, los únicos cambios que se verán en Ramón Bajo son los que intentan paliar sus deficiencias. Son los "parches", como así los tildan en Auzoan Hazi, Hezi, Bizi, a falta de una solución definitiva. Pero necesarios porque la escuela no sólo tiene que lidiar con estar en un equipamiento que se ha quedado pequeño, sino con las molestias y ruidos de las obras del polideportivo de El Campillo. Unos trabajos a tres metros de la fachada principal y sobre el espacio que usa Ramón Bajo como patio y para acoger también otras actividades culturales.

Para paliar estos problemas, Celaá recuerda en su contestación parlamentaria, fechada el pasado viernes, las reuniones en las que Educación participó junto con instituciones como la Agencia para la Revitalización Integral del Casco Viejo (Arich) y el Ayuntamiento a lo largo del curso 2010-2011. Una mesa de trabajo que tenía como objeto analizar las peticiones planteadas con "carácter prioritario" para el centro. Entre ellas, la de evitar las molestias por las obras en su entorno próximo y la de aumentar la superficie en el patio escolar.

En concreto, los reajustes programados consisten en crear un acceso peatonal, desde el cantón contiguo, "para garantizar la entrada a nivel de calle". En este listado de arreglos también se incluye ampliar un 23% la superficie de la zona de juego del patio escolar y una rampa metálica "con protecciones laterales", para comunicar los dos patios. Pero la plataforma Auzoan Hazi, Hezi, Bizi las califica de "dignas de mejorar en un libro de los récords de mejoras surrealistas". Citaban, por ejemplo, la reforma del frontón, donde se ha puesto una puerta metálica en pleno frontis.