Vitoria. Hace nueve años, después de que la sede de SOS Racismo en Vitoria resultara inundada e inservible, su portavoz, Fede García, tuvo que atender a los inmigrantes en la calle. Comenzó en la plaza de la Virgen Blanca, donde permaneció durante cinco años hasta que llegó el proyecto de reforma del recinto. Coincidiendo con el arranque de las obras, se mudó a los soportales de la vecina Plaza Nueva. Pidió prestada la mesa de un bar de la zona y allí reanudó su actividad, dinámica que ha mantenido sin contratiempos a lo largo de los últimos cuatro años. Esta semana, después de la celebración de una multitudinaria asamblea de inmigrantes en Dendaraba en la que se decidió convocar una gran manifestación por las calles de Vitoria para protestar contra el proceso de criminalización al que, aseguran, les someten las instituciones, han comenzado los problemas.

Tal y como relató García, una patrulla de la Policía Local en labor de vigilancia para el Departamento de Medio Ambiente, les indicó que no podían hacer uso de mesas en la calle. Ante esta "presión", SOS Racismo pidió permiso al Departamento vasco de Interior que, a su vez, remitió el caso de vuelta a la Policía Local por carecer de competencias en este aspecto. "Después de cuatro años, ahora nos dicen que tenemos que tramitar una licencia de ocupación de vía pública. Han abierto un proceso que acabará en los tribunales, pero mientras tanto tendremos que atender a la gente en el interior de un bar, algo lamentable", señaló. García vinculó este "acoso" a la reunión de Dendaraba y aseguró que "no saben por dónde atacarnos y buscan hacernos perder los nervios". "Que empiecen a atender ellos a los inmigrantes y SOS Racismo se retirará al día siguiente", concluyó.