Vitoria. El barrio de Aranbizkarra fue escenario el pasado viernes de un suceso de tintes surrealistas, que se saldó con dos hermanos detenidos por el intento de atraco a una sucursal bancaria. Uno de los arrestados es el propio director de la oficina, que acordó el robo con su familiar aunque con un resultado final que ni de lejos ambos esperaban. La presencia de demasiados clientes primero y la crucial labor de un testigo después echaron al traste sus intenciones, sin olvidar la torpeza de los protagonistas, de 53 y 60 años. Ambos confesaron a la Ertzaintza haber ideado el plan meses atrás asfixiados por sus problemas económicos. En consecuencia, fueron acusados de un delito de intento de robo con intimidación y serán puestos a disposición judicial en las próximas horas.

Los hechos se precipitaron a las 14.25 horas, cuando varios testigos observaron cómo el ocupante de un monovolumen estacionado en las inmediaciones de la entidad se colocaba una peluca, una barba, un bigote postizo y un gorro. Tras abandonar el vehículo se introdujo en el establecimiento, pero poco después salió a pie de la sucursal porque había muchas personas en su interior. Ante la posibilidad de que el individuo hubiera cometido un atraco, uno de los testigos le siguió y alertó a la Ertzaintza de que se dirigía a la zona del museo Artium.

Una patrulla se trasladó al lugar y tras contactar con el comunicante procedieron a la identificación del presunto atracador. Los agentes inspeccionaron una bolsa de plástico que portaba y localizaron las prendas postizas, entre las que también se incluían unos dientes, así como unos guantes y una pistola simulada junto a un cargador y las llaves de un vehículo. Ante tales evidencias, arrestaron al sospechoso.

Varias patrullas se dirigieron después a la sucursal para recabar información sobre lo sucedido, porque sorprendentemente nadie había denunciado el robo -o su intento-. Los agentes contactaron con el director, quien manifestó que un individuo había accedido a la oficina para solicitar información sobre varios productos y abandonó el establecimiento poco después.

Según informó ayer el Departamento vasco de Interior, clientes y empleados "mostraron su sorpresa" por la declaración del responsable, porque era evidente que ese supuesto cliente estaba disfrazado. Las averiguaciones realizadas por la Policía autonómica permitieron localizar el vehículo del sospechoso, que resultó ser propiedad del director de la sucursal, y el presunto atracador, su hermano. Ante tales evidencias, ambos fueron trasladados a dependencias policiales para tomarles declaración.