vitoria. La crisis económica lejos de superarse parece que va engullendo a más víctimas. Así lo demuestran al menos los datos de varios colectivos sociales a los que vienen a unirse ahora los del Banco de Alimentos. La organización alavesa ha registrado durante este ejercicio alrededor de 500 usuarios más de sus servicios. Una cifra que incrementa casi un 10% las listas registradas durante el año anterior.
El colectivo venía atendiendo a unos 66 colectivos que amparan a entre 5.000 y 6.000 personas que necesitan ayuda para poder comer. "El problema es bastante serio y lo peor de todo es que se está agudizando. Tengo la sensación de que la situación no está estancada", valora Heraclio Palomino, presidente del Banco de Alimentos.
Esta situación se ha convertido en especialmente crítica, además, debido a la menor cantidad de productos que están entrando este año en el almacén. Y es que, dada la coyuntura económica, las empresas han variado la estrategia de fabricación y se han limitado a producir lo justo o incluso algo menos de la demanda esperada para ajustar costes. Así las cosas, desde el centro alavés no se espera alcanzar el millón de kilos de comida que se recibe otros años. Esta situación ha llevado a que desde Álava ya se haya tenido que recurrir a los fondos de sus 52 homólogos. Sin ir más lejos, desde Logroño ha llegado hace poco un cargamento de tomate frito para complementar las necesidades del centro del territorio.
Porque también se ha producido un cambio en las necesidades. De hecho, el Banco de Alimentos de Álava no tiene escasez de productos como galletas o derivados, sino que registra falta de fondos de bienes de primera necesidad como el aceite y el arroz. Y es básicamente este tipo de comida la que más se solicita desde los colectivos a los que se abastece. "Hay gente necesitada que tiene problemas para subsistir. Nosotros les ayudamos para que les pueda complementar pero no les llega para poderse alimentar", lamenta Palomino.
Este 2011 también está sirviendo para asistir a un cambio de perfil del solicitantes. Y es que desde esta organización aseguran que se ha asistido a un regreso de inmigrantes a sus países de origen y se ha aumentado el número de los que ellos llaman "los pobres vergonzantes", como personas de la tercera edad o viudas que no se atreven a reconocer que necesitan ayuda.
urgencia Desde el Banco de Alimentos se anima a los particulares también a que muestren su lado más solidario. O entregando, sobre todo, bienes de primera necesidad en el almacén de la organización o, más fácil aún, participando en alguna de las campañas que se celebrarán en este final de año en la capital alavesa. La primera tendrá lugar en sendos fines de semana de noviembre y diciembre en los supermercados Carrefour y Eroski para que los particulares aporten los productos que deseen. Con esta iniciativa el año pasado se recogieron hasta 10.000 kilos de comida de productos básicos. La segunda se celebrará en diciembre en los colegios, con especial repercusión en Jesús Obrero. En este centro escolar hasta 400 jóvenes suelen apostarse en los pequeños supermercados para defender este recurso, consiguiendo hasta 8.000 kilos de alimentos. "Sólo hay una condición. No admitimos alcohol ni dinero", establece Palomino. Todo lo demás se recibe con las manos abiertas.