vitoria. Instituciones Penitenciarias ha acabado de deshojar la margarita de las fechas y sus responsables han decidido que la nueva cárcel de Zaballa abrirá sus puertas, o mejor dicho cerrará sus rejas, a lo largo de la segunda quincena de septiembre. Para el día de la Merced, patrona de las prisiones, que se celebra el 24 del mes que viene, está previsto que ya se haya producido la inauguración formal del centro -se estima que las autoridades acudan al acto en torno al día 20- y que el nuevo penal sustituya a la antigua prisión de Nanclares de la Oca. Lo que por el momento no ha trascendido es cuándo se producirá el traslado de los reos a las nuevas instalaciones, si bien se ha anunciado que éste se producirá de forma escalonada.

Un total de 720 celdas aún por estrenar acogerán en breve a los reclusos, que podrán disfrutar de unas condiciones de habitabilidad sensiblemente superiores a las ofrecidas en la deteriorada cárcel de Langraitz. Con una superficie construida equivalente a 18 campos de fútbol, el centro de Zaballa, denominado oficialmente Norte I, cuenta con diversas clasificaciones penitenciarias y con diversos edificios dotacionales. Sus portavoces lo presentan como una pequeña ciudad formada por 12 minicentros residenciales -8 de 72 y 4 de 36 celdas- dotada de servicios culturales, sanitarios, deportivos y productivos comunitarios. Está previsto que cerca de medio millar de funcionarios trabajen en el centro erigido sobre el viejo polvorín.

Lo que aún no se ha despejado del todo es la duda que pende sobre el antiguo penal, aún en servicio. En contra de las sospechas de algunos, que apuntaban a la posibilidad de que se mantuvieran ambos abiertos de forma simultánea, Instituciones Penitenciarias ha asegurado que procederá a su clausura en cuanto se ultime la mudanza y que se dedicará a otros fines, para lo cual lo cederá al Ayuntamiento de Iruña Oka. Ante tamaño ofrecimiento, el Consistorio se ha apresurado y ya ha solicitado que se dedique a fines turísticos.

La Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios, responsable de la ejecución del polémico proyecto -la Diputación alavesa lo denunció por incumplir presuntamente el trámite de impacto ambiental, pero el proceso no prosperó-, ya indicó en su día que dentro del complejo se realiza un novedoso tratamiento de los espacios libres interiores. Una pérgola adquirirá el protagonismo necesario para optimizar las circulaciones internas y permitir desplazarse a cubierto entre los distintos edificios. Con la idea de adaptarse mejor al entorno y al terreno, el penal se organiza en cinco plataformas completadas por una gran avenida central con dos bandas de edificación. A la izquierda se sitúan los 12 edificios residenciales y a la derecha los dotacionales. Como ya sucede en otros centros penitenciarios en construcción, la cárcel de Zaballa no tendrá torre de vigilancia para minimizar su impacto visual.