Madrid. Una estruendosa ovación de cientos de miles de jóvenes acogió ayer la llegada del papa Benedicto XVI al escenario montado en la base aérea de Cuatro Vientos, pasadas las 20.50 horas, para celebrar una vigilia de oración, el acto central de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra en Madrid.
A la llegada del Santo Padre, el calor, aunque seguía siendo intenso, se mitigó algo gracias a que el cielo se cubrió de nubes. Poco después, tras la lectura del Evangelio, una fuerte tormenta de lluvia y de aire obligó al Pontífice a interrumpir su discurso durante 20 minutos. El viento provocó la caída de un poste de la luz sin alcanzar a ningún peregrino, afectó al revestimiento del escenario y tumbó varias carpas, que en su caída causaron heridas a siete personas. "Nuestra fuerza es mayor que la lluvia", aseguró el Papa cuando la lluvia comenzó a amainar, mientras los jóvenes siguieron coreando y cantando: "Esta es la juventud del Papa".
Benedicto XVI les dio las "gracias por su alegría y resistencia". "El Señor, con la lluvia, nos ha mandado muchas bendiciones, sois un ejemplo", subrayó. Continuó con la lectura del texto, pero solo la parte de los saludos en diferente idiomas. En el resto del texto, que se dio por leído, el Papa denunciaba el relativismo que desprecia la búsqueda de la verdad y exhortaba a los muchachos a no tener miedo ni al mundo, ni al futuro ni a sus debilidades. Además, volvía a reiterar la indisolubilidad del matrimonio, precisando que el único es entre un hombre y una mujer, y animaba a los jóvenes que se casen a mantenerse fieles a sus parejas y a abrirse "al don de la vida", en referencia a que tengan hijos y no usen métodos anticonceptivos.
Por la mañana, durante la homilía que pronunció ante unos 5.000 seminaristas en la catedral de La Almudena, el Papa apeló ayer al celibato sacerdotal y pidió a los seminaristas que no se dejen intimidar por "un entorno en el que se pretende excluir a Dios y en el que el poder, el tener o el placer" suelen ser según el santo padre los criterios que rigen la existencia. También subrayó que los seminaristas deben ser santos para no crear una contradicción "entre lo que somos y la realidad de lo que queremos significar".
Al termino de la misa, que concluyó con un fuerte aplauso de los seminaristas, el pontífice recibió al presidente del PP, Mariano Rajoy en la propia sacristía del templo.
Antes de acudir a la catedral de La Almudena, el Papa participó en la Fiesta del Perdón, en la que durante toda la semana, en el Parque del Retiro, 200 sacerdotes de todo el mundo han ocupado confesionarios blancos con forma de vela.
La agenda del Papa se completó por la tarde con un encuentro con sor Teresa, una monja de 103 años que lleva 84 de ellos en un convento de clausura, y con una visita a la Fundación Instituto San José, destinada a enfermos y discapacitados.
El Papa despedirá hoy su visita a Madrid con una multitudinaria eucaristia en Cuatro Vientos.