bilbao. El Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Bizkaia ha reconstruido y levantado el menhir de Kurtzegan, en Orozko, que consta de tres grandes piezas, ortostatos de arenisca albiense que corresponden a una misma pieza de gran envergadura y que con los avatares del tiempo han ido desplomándose y quedando en el suelo. Según ha informado la institución foral, el equipo dirigido por el arqueólogo Juan Carlos López Quintana ha trabajado en la reconstrucción de la pieza y en la investigación paralela que se ha desarrollado sobre el menhir megalítico que hasta el momento no estaban catalogados.

Durante el proceso de investigación y restauración de la pieza reconstruida, en primer lugar, se realizaron los trabajos de excavación en el área. Previamente se movieron los tres ortostatos con la asistencia de una excavadora y durante esta fase se analizaron las superficies de las mismas.

Los estudios realizados han descubierto que dos de los bloques pertenecen a una misma pieza de 5,40 metros de longitud. En abril de 2006 se desplomaba por causas desconocidas el único ortostato que se encontraba en pie, concretamente el correspondiente a la parte superior del menhir, con unas dimensiones de 2,06 metros de longitud, 1,05 metros de anchura y 0,32 metros de grosor.

La pieza inferior que sostiene a la descrita anteriormente tiene una dimensión mayor que la anterior de 3,72 metros de longitud, 1,12 metros de anchura y 0,35 metros de grosor y ensambla perfectamente con el bloque 1. La tercera pieza, con una estratificación diferente, según los estudios, pudiera haber tenido una función de calzo o elemento de sujeción, teniendo en cuenta el gran volumen del menhir de siete toneladas de peso. La reconstrucción de los ortostatos ensamblados, uno encima de otro, revelan un menhir de 5,40 metros, con una fractura lateral en su base y entalladuras en las piezas, que insinúan cierto aspecto antropomorfo y muestras nítidas de talla del bloque.

SUPERFICIE EXCAVADA Durante el proceso de análisis y reconstrucción de la pieza se realizaron un total de 12 sondeos estratigráficos en el collado, donde se han sacado unas primeras conclusiones que se deberán completar en posteriores procesos de investigación. Se han analizado argumentos sobre las características del menhir y de su ubicación.

Tras la valoración de las diferentes fases desarrolladas hasta el momento, los expertos han determinado que la ausencia de un suelo bien desarrollado no han contribuido a conservar pruebas arqueológicas, que han sido frecuentes en otros menhires que han sido analizados hasta el momento.

En la presente campaña de intervención arqueológica en el menhir de Kurtzegan se ha cumplido el objetivo de localizar la estructura de implantación del monumento, consistente en una fosa que incorpora un relleno que posiblemente sirvió de calzo del menhir. Dicha fosa se ha conservado en muy buen estado y muestra algunas huellas de las labores de excavación sobre la roca madre, si bien no ha sido posible determinar en los análisis realizados con qué tipo de instrumentos se realizaron. Los datos analizados en la excavación revelan, además, que la pieza fue extraída del afloramiento y transportada hasta el collado de Kurtzegan con la intención de ser erigida en posición vertical.