vitoria. Uno de los datos que más llama la atención de los distintos informes que periódicamente se realizan en torno al alcohol son los relacionados con los jóvenes. El alcohol está presente en nueve de cada diez hogares donde hay menores, por lo que desde pequeños, los niños perciben el consumo "como algo absolutamente normal, con gran significación simbólica para las relaciones, la diversión y la celebración", apuntan en el estudio Adolescentes ante el alcohol. La mirada de padres y madres (2007) de la Obra Social de La Caixa .
Así, pese a que para la mayoría de adolescentes está prohibido beber, el 65% considera que el consumo de alcohol es algo ordinario y, de hecho, la edad media en la que se toma contacto con esta sustancia en Euskadi es de poco más de trece años. En este contexto, Patricia Insua, coordinadora del servicio de Psicología Aplicada y responsable del programa de Prevención y Reducción de los Riesgos Asociados al Consumo de Drogas de la UPV/EHU, asegura que "es un error pensar que los jóvenes saben cuáles son los riesgos que asumen con el consumo de alcohol".
"Las autoridades sanitarias, los expertos, los educadores y los progenitores no parece que tengamos mucha credibilidad entre la juventud. Quizá hay que plantearse cómo se han enviado los mensajes. No sirven los que asustan por asustar, si no están basados en la evidencia científica. Además, hay que ser creíble y coherente y carecemos de ambas cosas. Vivimos en los bares y hacemos nulo o poco deporte con nuestros hijos. Mandamos un mensaje y hacemos lo contrario", añade la profesora.
En este sentido, Insua subraya cómo muchas de las competiciones o actos organizados por la administración están vinculados al alcohol. "Tenemos competiciones deportivas promocionadas por bebidas alcohólicas, ayuntamientos que celebran el día de la cerveza, del txakoli o de la sidra. A esto se suma que la mayoría de los menores reconoce que no tiene problemas para comprar", dice.
Entre los atractivos que, según la profesora, tiene el alcohol está "el paso a la vida adulta, la sensación de libertad, la diversión, reduce malestar, agobio, preocupaciones...". Y es a los propios padres a los que no les extraña ver cómo sus hijos comienzan a consumir: "Beber es algo que muchos padres han aceptado que van a hacer sus hijos. Puede hacer hasta gracia ver al chaval cómo se va haciendo mayor. Hay poco conocimiento sobre las evidencias científicas que avisan de los riesgos del consumo de determinadas sustancias con baja percepción de riesgo, como el alcohol y el cannabis, y a edades tempranas el consumo puede acarrear consecuencias muy graves".
"información fiable" Por su parte, Imanol Querejeta, jefe de Psiquiatría del Hospital Donostia, coincide también en la necesidad de ofrecer una mejor información. "Lo ideal es hacer una información fiable y que ellos no nos encuentren como los emisarios de los ángeles del bien, como alguien que les quiere engañar para privarles de situaciones placenteras", asegura.
A pesar de que el doctor cree que es "inevitable pasar por ahí" ya que la juventud es una "temporada de rebeldía", deja claro que como herramienta "en sí misma no es útil". De ahí que subraye que lo "importante" es saber en qué se traduce consumir determinadas cantidades de alcohol. "Después de la de semana la gente busca desahogarse el fin de semana y parece que esto es una forma de experimentar cosas intensas. Como las consecuencias no son inmediatas los mensajes apocalípticos no funcionan. El alcohol a lo largo de los años puede producir unos daños tremendos y son mejores los mensajes que se pueden entender", finaliza.