Vitoria. Lo peor ya ha pasado, aunque probablemente muchos conductores recuerden todavía con enfado el momento vivido el pasado sábado, cuando se quedaron atrapados en algún punto de la red viaria alavesa. Ahora toca pedir explicaciones y en ello están los automovilistas vascos, que vuelven a poner en el punto de mira la AP-1. La autopista registró a su paso por Álava retenciones que superaron los diez kilómetros, una situación que se debe a la "falta de previsión" de quienes la gestionan.
Así lo cree el Real Automóvil Club (RAC) Vasco Navarro, que asegura que la gran afluencia de vehículos procedentes de Europa le ha pillado a la Diputación "desprevenida". Insiste en que el cambio de señalización así como la actualización de los GPS, que ahora incluyen esta autopista como ruta principal para desplazarse hacia el sur de la Península, han ocasionado un aumento de viajeros al que no han sabido dar respuesta. "Los primeros sorprendidos han sido quienes gestionan la AP-1, que no han puesto gente suficiente en los peajes y por eso se han producido los atascos", explica Luis Murguia, asesor de Movilidad del RAC Vasco Navarro.
Sin embargo, Murguia cree que la gran densidad de tráfico que presentaba esta vía es "sólo una excepción", y que no se debe a una posible recuperación del número de usuarios, que desde su apertura ha sido bastante escasos. "Situaciones como la de este fin de semana se dan dos veces al año, sólo falta que el 31 de agosto no se vuelva a repartir", añade.
En este sentido, recuerda que esta ruta no entra todavía en los planes de quienes atraviesan con frecuencia la Comunidad Autónoma Vasca, ya que es "muy cara", por lo que demandan el abaratamiento de los peajes. "Tendrán que tomar medidas, porque ahora la mayoría prefiere ir por Etxegarate. Son sólo diez minutos más de diferencia y te ahorras diez euros", añade.
Sin embargo, no todos los conductores tienen la posibilidad de optar por la N-I para desplazarse hacia el sur una vez cruzan la frontera de Francia. Quienes no conocen la zona son dirigidos directamente hacia la autopista de pago, ya que así lo indican las señales, que esconden la ruta alternativa. Ésta ha sido una de las principales razones por las que el pasado sábado se registraran retenciones kilométricas en la AP-1, que absorbió el grueso del tráfico que luego colapsó las incorporaciones con otras vías principales, como la N-I en Etxabarri-Ibiña.
Engaño en las señales La falta de señalización afecta principalmente a los viajeros que proceden de Europa, pero también a los vascos que menos familiarizados estén con estas carreteras. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava (FAVA) denunciaba recientemente este hecho. El colectivo acusa a la Diputación Foral de Gipuzkoa, con la complicidad de la alavesa, de "engañar" a los conductores ya que no señalizan la carretera nacional N-I durante 28 kilómetros desde la salida de Donostia hacia Vitoria. De hecho, ocurre algo similar cuando los conductores circulan hacia la frontera francesa, ya que la señalización les lleva a tomar la autopista sin indicarles la alternativa de la N-I. "Esta desaparición responde a un claro objetivo, que no es otro que los conductores pasen por caja y privarles así de la libertad de elegir entre el trayecto de pago o el libre", aseguraba la federación.
La crítica es compartida con el RAC Vasco Navarro, que insiste en que sólo los que conocen bien esta carretera se libran de pasar por el peaje. "Tienes que saber para poder elegir", apunta Murguia. En este sentido, cree que aunque la señalización de la AP-1 ha experimentado una ligera mejoría desde su apertura, ésta debería someterse todavía a una revisión.