vitoria. Lo ocurrido este pasado fin de semana deja al descubierto uno de los puntos más débiles de la red viaria alavesa, que se encuentra a la altura de Etxabarri-Ibiña. Para consolidar la AP-1, donde se han registrado atascos kilométricos, será determinante que conecte de forma sencilla con la carretera N-I, el principal eje vial del territorio.
Así las cosas, la Diputación Foral de Álava debe estudiar con urgencia las distintas alternativas que se han puesto sobre la mesa, o idear una nueva. De momento, las líneas de intervención posibles son tres.
La primera consiste en conectar las dos carreteras lo más cerca posible del peaje de Armiñón, una solución que obligaría a ejecutar más de 20 kilómetros de nuevos viales. La segunda opción contempla el enlace de la AP-1 y la N-I en la zona próxima a Vitoria por el sur. De hacerlo así, los ingenieros se evitarían enfrentarse a dificultades técnicas importantes, como el túnel de Peña María de la A-1.
Otra solución posible, y defendida por el anterior Gobierno foral, pasa por crear un tercer carril en la carretera nacional, conscientes de la saturación que sufre esta vía. Cabe recordar que puntos como el paso de Subijana llegan a soportar en momentos puntuales, como durante las operaciones salida y regreso de las vacaciones, picos de hasta 60.000 vehículos diarios. Consciente de esta situación, Xabier Agirre abogaba por acometer profundas reformas, una decisión que ahora queda en manos de Javier De Andrés.