vitoria. Cuando el miércoles quedó en suspenso la subasta del piso de Aurelia, los integrantes de la Acampada Gasteiz que habían acudido a los tribunales para tratar de impedir que nadie pujara por la vivienda interpretaron que el aplazamiento obedecía a la presión ciudadana y mediática desplegada ese día. Por su parte, los funcionarios de los juzgados de Primera Instancia tan sólo apuntaron que el proceso había quedado pospuesto "porque faltaba algo", sin llegar a precisar qué documento concreto había sido el causante. Dos versiones distintas a las que ayer Caja Vital, impulsora del desahucio, respondió para dar luz. Según desvelaron fuentes de la entidad financiera a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el retraso se ha producido por "un error procesal" y no por el ímpetu de los indignados ni por la cobertura masiva realizada desde los medios de comunicación.
Así pues, en cuanto se subsane este fallo cometido por los juzgados, el proceso seguirá adelante. "La situación es igual y las condiciones son las mismas desde que se abrió el caso en el año 2006", subrayaron desde Caja Vital. En su día, Aurelia solicitó un préstamo a la entidad para financiar las obras de una lonja alquilada en la que unos familiares suyos querían montar un negocio. Y Manuel, amigo y vecino, ofreció su vivienda como aval. Sin embargo, la empresa se vino a pique y los titulares del establecimiento vendieron la propiedad. Aurelia fue pagando las deudas mediante embargos parciales de su pensión, pero la otra parte no. Ahora, uno y otro se enfrentan a la subasta de sus viviendas.
El drama humano al que estos vitorianos se enfrentan obliga a preguntarse si Caja Vital no está siendo demasiado inflexible aunque tenga la ley de su parte. En su defensa, la entidad financiera subrayó que en los últimos seis años ha demostrado su capacidad para ponerse del lado de los desfavorecidos. Según explicaron las mismas fuentes, desde 2005 se ofrece a los desempleados la posibilidad de ampliar el plazo de sus préstamos en función de sus sueldos -de su paro- para que las cuotas mensuales sean menores. Además, en los dos últimos años, "se ha comunicado a más de 6.000 personas esta opción". Y, aun así, "no son muchos" los ciudadanos que optan por esta fórmula, ya que la tendencia general es hacer frente a las hipotecas quitándose de cualquier otro gasto.
Esta flexibilidad de Caja Vital de nada les sirve, en cualquier caso, a Aurelia y Manuel. Ellos únicamente han encontrado apoyo en la ciudadanía y, más pronto que tarde, deberán volver a los tribunales.