Resulta que los jóvenes llevan días trabajando duro para encontrar estrategias que permitan preservar las lenguas minorizadas y usted llega con un método infalible.
Es un antídoto contra los prejuicios, entonces.
Uno de los problemas con los que se encuentran las lenguas minorizadas es la población joven, que parece que se resiste a hablarlas. ¿Diría que esos prejuicios se curan con el paso del tiempo?
Entonces ocurre lo contrario que en Euskadi, donde el conocimiento del euskera entre la juventud es mayor que nunca, pero la lengua no llega a la calle en la misma proporción.
¿Las políticas lingüísticas son tan importantes para preservar una lengua minoritaria o se ponen demasiadas esperanzas en ellas?
¿Diría que el Gobierno es un obstáculo para fomentar el gallego?
¿Le recomendaría un poco de humor, entonces?