Vitoria. A la hora de potear y salir de juerga, la crisis también ha hecho mella. Y eso que muchísimos gasteiztarras siempre antepondrán disfrutar de esos pequeños momentos de ocio, casi siempre durante el fin de semana, a procurarse cualquier otro capricho. Los hosteleros de la capital alavesa continúan capeando el temporal y, entretanto, aguardan ya con expectación la llegada de las fiestas de La Blanca, el oasis económico más importante que les aguarda de aquí a final de año dentro de su particular travesía por el desierto. Algunos cifran las pérdidas sufridas respecto al ejercicio anterior en un 20%. Otros optan por ver la botella medio llena, pero como mínimo tildan el ejercicio 2011, el primero sin humo de tabaco en el ambiente, de "irregular". Antes llegará Santiago, que durante la noche de este próximo domingo ayudará a dar un impulso adicional a las arcas de los establecimientos.
¿Servirán las próximas fiestas patronales, nunca mejor dicho, para que los locales hosteleros de Vitoria hagan su particular agosto? "Esperemos que sean los días que nos solucionen julio, agosto y septiembre, porque desde enero hasta aquí ha estado todo flojo, flojo, flojo", describe Iñigo Ortiz, miembro de la asociación de hosteleros del Casco Viejo, Ohiko Jendea, y copropietario de la Taberna Parral.
A pesar de las inquietudes culturales de este emblemático local, que cuenta con un público siempre fiel, el azote de la crisis también se ha hecho notar. Ortiz celebra que este año los festejos "caen bien" comenzando en jueves, lo que permitirá alargar el importante tirón de los dos primeros días de La Blanca, como mínimo, hasta el domingo 7. Lo que suceda a partir de ahí supone, como siempre, "una incógnita", una percepción que su compañero de colectivo Roberto Alonso, que regenta un local en la calle Zapatería, hace extensiva a todas las fiestas. "No sabes cómo acertar, aunque estos días la gente salga siempre. De todas formas creo que desde el domingo muchos se marcharán y flojeará bastante", vaticina. Locales como el Parral, a pesar de la tradicional desbandada de gasteiztarras después de La Blanca, sí optarán por abrir sus puertas más allá del 9 de agosto, aunque sólo en horario de tarde. El restaurante Amboto, ubicado en Cuchillería, también recibirá clientes después de La Blanca, aunque únicamente hasta mediados de agosto. Su propietario, Iñaki Lorenzo, se muestra algo más optimista al ser cuestionado sobre el balance económico de lo que va de ejercicio: "Estoy trabajando muy bien y espero que siga así, aunque ha sido un año con altibajos. Dentro de lo bien que he trabajado, hemos tenido el peor mes de abril en veinte años que llevo aquí", confiesa Lorenzo. Sin embargo, "mayo fue muy bueno y junio no ha estado nada mal".
¿El humo o el bolsillo? De cara a La Blanca, el veterano hostelero también confía en la explosión inicial de las fiestas y, a partir del domingo, "verlas venir". No en vano, reconoce que otros años "se ha trabajado mucho en lunes y martes aunque a priori sean días flojitos". Donde sí coinciden los hosteleros consultados por este periódico es en restar peso a la Ley Antitabaco al referirse a la merma de clientes en comparación con la crisis económica. "Lo que influye es el bolsillo, porque si se quiere fumar ya se ha visto que haga frío o calor la gente sale a la calle", considera Lorenzo. "La gente está más fuera que dentro de los bares, pregúntaselo si no a los vecinos. Eso quiere decir que la gente ya se ha concienciado de sobra", añade Roberto Alonso.
¿Y qué sucederá en éstas, las primeras fiestas sin humo de tabaco en los locales? Viendo lo que ha sucedido en otras localidades del entorno que ya han celebrado sus festejos patronales, la restricción ha tendido a relajarse. Tanto Iñigo, como Roberto e Iñaki creen que el tabaco no se va a convertir en el protagonista de estas fiestas, ni por la novedad de que ya no se podrán apurar ni cigarrillos ni puros dentro de los locales ni porque los clientes vayan a retraerse ahora a la hora de acceder a ellos. "No creo que afecte, porque en los eventos especiales la gente sale irremediablemente", confía Ortiz. "La gente está ya concienciada con el tema del tabaco, por eso no creo que vaya a haber problemas: Antes puede haber mil diferentes", añade Alonso. Lorenzo, por su parte, sólo espera que la gente siga respetando la norma como ha sucedido hasta ahora. A su juicio, en los bares de Cuchillería "a nadie le ha afectado el tema del tabaco", un problema más grave para los bares de barrio "donde los mayores van a echar la partida".