la alegría va por barrios. Y ayer, Ali estaba al borde de una sobredosis de júbilo colectiva. Las sonrisas se multiplicaban en las esquinas y mentideros habituales, en los que se comentaba la suerte de una treintena de amigos. Este colectivo, oriundo del pueblo antes de que éste quedara casi oculto por la expansión urbana de la incipiente Zabalgana, había ganado los 2,2 millones de euros que la Lotería Primitiva quiso dejar en la capital alavesa el pasado fin de semana. Así que, como mandan los cánones, entre la cautela y la explosividad anímica, Ali se ganó la mayor parte de las miradas de toda la ciudad. ¿Envidia? Casi con total seguridad, sí, y mucha. El premio recibido no era para menos.

En principio la semana comenzó con el bombazo de la lluvia de billetes caídos en la ciudad. Ahí empezaron los rumores sobre la identidad de los agraciados. Se conocían detalles como el lugar en el que se selló el boleto ganador (en un Estanco de la avenida de Zabalgana) y los números que quisieron danzar en el juego del azar para gratificar a los ganadores. Incluso, se sabía que un número 13 había sido decisivo al salir en último lugar y dar una combinación que sólo se acertó en Ali. Sin embargo, lo que no se sabía era el quiénes estaban ya disfrutando con los millones caídos del cielo.

Esas incógnitas se resolvieron ayer. Se supo que una cuadrilla de 28 amigos de Ali había logrado atinar con los dígitos tocados por la fortuna. A cada uno de ellos le había tocado un pellizco de alrededor de 80.000 euros.

Fernando Suárez es uno de estos afortunados. Hasta el día de hoy, ha dedicado su vida a la hostelería y lo ha hecho desde la cocina de un conocido restaurante de capital alavesa. Como portavoz de los agraciados, relató a este diario que la gran mayoría de los beneficiarios por tan ingente cantidad de euros es de Ali y vive entre el pueblo y el barrio de Sansomendi. Todos ellos tienen la costumbre de jugar siempre la misma apuesta. Y, visto lo visto, ha sido un acierto mayúsculo que ya se ha traducido en una vida un poquito más plácida.

En cualquier caso, al final, las elucubraciones previas que reinaron en la capital alavesa resultaron baldías y totalmente equivocadas. Se pensaba que la composición del boleto de la Lotería Primitiva respondía al perfil de aquél que pertenece a un único jugador. Sin embargo, desde Ali ayer podían dar fe de que 28 familias ya tendrán a partir de ahora menos problemas para llegar a final de mes. Es lo que tiene despertarse con la cartera un poquito más llena de billetes.