vitoria. El Ayuntamiento de Gasteiz pretende llegar a un acuerdo con los promotores de la mezquita de Zaramaga para buscar una ubicación alternativa al templo, situado en el centro de la polémica desde la precampaña electoral, en la que el entonces aspirante a la Alcaldía por el PP, Javier Maroto, azuzó el incipiente problema de convivencia con promesas en contra del templo. Pese a que sus promotores cuentan con la pertinente licencia de actividad, concedida con todas las de la ley por el anterior equipo de Gobierno municipal, y pretendían iniciar las obras de adecuación del local durante estos días, el nuevo alcalde, el popular Javier Maroto, cree que si la construcción siguiese adelante se crearía un importante problema de convivencia en el barrio. "Su ubicación no es la más adecuada", advirtió ayer Maroto en rueda de prensa.
Las manifestaciones contrarias a la mezquita por las calles de Zaramaga e incluso un reciente ataque al local han encendido el fantasma de la xenofobia en el barrio a lo largo de los últimos meses, lo que ha enturbiado todavía más un asunto inédito en una ciudad como Vitoria, que cuenta con tres mezquitas más. Ésta sería la primera destinada al culto de musulmanes de origen pakistaní. Las 2.000 firmas vecinales que se han recogido en contra del templo son para Maroto, al menos según dio a entender ayer, motivo suficiente para trasladar el templo a otro lugar. "Son muchas firmas para no tenerlas en cuenta", advirtió el primer edil gasteiztarra, quien considera "de sentido común" buscar alternativas.
El alcalde explicó que en las últimas semanas ha llevado a cabo "desde la discreción" diversas reuniones tanto con los vecinos como con los promotores de la mezquita para llegar a un punto de encuentro. "Se está explicando a unos y a otros que esta ubicación no es la más adecuada y el Ayuntamiento está propugnando un acuerdo con las dos partes bajo esa premisa", detalló. Pese a dejar claras sus intenciones, Javier Maroto reconoció que "a día de hoy" esa alternativa que pretende "no está dibujada", aunque manifestó que "merece la pena intentarlo". El alcalde anheló una solución "lo antes posible", pese a la inexistencia de algún plan alternativo, para ese "problema social que existe y al que hay que dar salida".
Maroto aprovechó la ocasión, también, para dar un tirón de orejas al Gobierno Vasco, en concreto a su director de Inmigración, Miguel González, que hace unos días se dirigió públicamente al primer edil vitoriano para que tratara de mediar en el conflicto abierto entre los vecinos de Zaramaga contrarios a la mezquita y sus promotores. Maroto insistió en que el Ayuntamiento "lleva trabajando desde el principio en esta cuestión de forma discreta y efectiva". Además, censuró al Ejecutivo autonómico por, "en lugar de hablar", no haber dado los pasos necesarios para crear, como ya existe en otras comunidades autónomas del Estado, una ley específica que regule la instalación de mezquitas que hubiese evitado una situación como ésta. "Aquí existe un vacío legal", lamentó el primer edil.