madrid. El número de víctimas mortales en accidentes de tráfico mayores de 65 años ha superado por primera vez al de fallecidos de entre 18 y 24 años, "un cambio brutal en el perfil en la siniestralidad que hay que analizar", aseguró ayer la directora del Observatorio de la Seguridad Vial, Anna Ferrer.
Tras participar en un encuentro sobre seguridad vial, Ferrer afirmó que los datos "provisionales" y en términos "absolutos", a la espera de la publicación del Anuario Estadístico de Accidentes de la Dirección General de Tráfico, señalan que en 2010 fallecieron en las carreteras 400 jóvenes frente a 500 víctimas mayores de 65 años.
De estas últimas, 318 murieron en carreteras y 182 en zonas urbanas.
Ferrer abogó por "afinar" los mecanismos para detectar cuándo una persona mayor de 65 años ha perdido la capacidad para conducir y para mejorar el funcionamiento de los centros de reconocimiento de conductores.
Además, subrayó que la mayoría de siniestros mortales que afectan a este colectivo se produce en carreteras convencionales, circunstancia a la que se añade "muchas veces" que los fallecidos no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
Por todo ello, la Estrategia de Seguridad Vial para el periodo 2011-2020, aprobaba por el Consejo de Ministros en febrero, se ha fijado entre sus objetivos reducir en un 10% el número de fallecidos mayores de 65 años. Ferrer también destacó la meta de reducir a cero las muertes en accidentes de tráfico en zonas urbanas y lograr que ningún niño pierda la vida por no ir sentado correctamente en una silla homologada.
Sobre la medida de limitar la velocidad a 110 kilómetros por hora, en vigor desde marzo y hasta el próximo día 30, salvo que el Gobierno decida prorrogarla, Ferrer afirmó que la iniciativa se puso en marcha para ahorrar energía y no para reducir la siniestralidad, si bien hay una incidencia en la misma.
"La accidentalidad en autovías y autopistas ha disminuido más que en el resto de vías, y esto es un dato objetivo, como lo es que se haya consumido menos", señaló Ferrer. También anunció que en tres semanas se hará "un balance objetivo" sobre la repercusión de la medida en la siniestralidad.