vitoria. La sensación de inseguridad entre los ciudadanos alaveses cotiza al alza y las cifras oficiales avalan sus temores. El tráfico de drogas dentro del territorio lleva camino de convertirse en un serio problema, así como los robos callejeros perpetrados con elevadas dosis de violencia. La información contenida en la memoria de la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Álava correspondiente a 2010, constata una creciente tasa delictiva tanto para Vitoria como para el resto del territorio y coloca un interrogante sobre la eficacia de las actuaciones policiales al entrar a valorar el notable retroceso registrado en el número de procedimientos abreviados y de las diligencias urgentes. "Podría deberse a diversas causas. La más preocupante de todas ellas sería el descenso en la eficacia de la persecución de estos delitos", indica la memoria. "Dicho dato, de ser cierto, sería altamente preocupante, pero habrá que esperar a futuras memorias para confirmarlo", amplía. El tráfico de estupefacientes aumentó el año pasado en Álava un 11,9% con respecto a 2009. La Fiscalía alerta que, dentro de este apartado, llama la atención un cambio de proporción al producirse un aumento del 175% en las causas por sustancias que causan grave daño a la salud, mientras que los casos de tráfico de sustancias que no causan tanto daño a la salud han descendido un 11%.
Al referirse a sustancias que causan grave daño a la salud, la Fiscalía habla básicamente de cocaína y derivados anfetamínicos, "lo cual es altamente preocupante dada la mayor peligrosidad de este tipo de sustancias". El tipo de traficante detectado en el territorio es el de pequeños y medianos camellos que acostumbran a operar, en muchos casos como propietarios o empleados, desde establecimientos abiertos al público, generalmente bares.
Los supuestos de agravación por tratarse de grandes cantidades de estupefacientes son "absolutamente excepcionales", a tenor del contenido de los escritos de acusación emitidos por la Fiscalía a lo largo del año 2010.
robos En el capítulo de los delitos contra la propiedad, la Fiscalía da una de cal y otra de arena. Los hurtos aumentaron un 2,5%, los robos con fuerza un 11,3% y los que van acompañados de daños, un 1,6%. En el extremo contrario, descendieron un 39,7% con respecto al año anterior los delitos de robo con fuerza en casa habitada, un 11,4% los robos con intimidación y un 32,5% los hurtos de uso de vehículos de motor. En líneas generales, se habla de "estabilidad", si bien se reconoce que sigue causando preocupación la extensión de comportamientos "extremadamente violentos" en los robos con violencia, que causan una grave alarma social.
En este sentido, el fiscal jefe, Josu Izaguirre, recuerda un caso ocurrido en Vitoria relativo a la comisión, por parte de varias personas de nacionalidad extranjera en situación irregular, de reiterados delitos de robo con violencia en los que concurría un comportamiento especialmente peligroso, con resultados lesivos graves. En este caso, la petición fiscal se elevó hasta los 16 años de prisión. Igualmente, repasa otra situación similar referida a enero de 2010. "La agresión que acompañó al hecho depredatorio fue especialmente violenta, lo que dio lugar a la calificación de los hechos, además, como delito de asesinato en grado de tentativa. En este caso también, se trataba de un ciudadano de nacionalidad extranjera en situación administrativa irregular", indica.
La Fiscalía logra sus objetivos no sólo en los robos y en los casos de tráfico de drogas. De hecho, la memoria subraya que de cada cien acusados por el Ministerio Fiscal en Álava durante el año 2010, el 92,46% resultaron condenadas. No obstante, Izaguirre lamenta una línea de actuación asentada en la Audiencia Provincial, vinculada a los atenuantes pactados por drogadicción de los acusados. "La situación ha llegado a tal punto que algunos letrados ya han tomado como norma la negociación de sentencias sin referencia alguna a la supuesta drogadicción de su cliente, con la intención de conseguir en la fase procedimental posterior la modificación de la Sentencia acordada con Fiscalía", expone.
Las causas por delitos contra la libertad, en cifras globales, han crecido un 39,7%. Destacan en concreto las coacciones, que han aumentado un 65,1% y las amenazas, un 26,9%. "Hay que tener en cuenta en este punto que, a la hora de registrar este tipo de comportamientos, muchos de ellos se incardinan dentro del concepto de violencia doméstica y ello conlleva un tratamiento más riguroso de estos comportamientos", puntualiza.