vitoria. Hacía tiempo que la cafetería de Foronda languidecía al mismo ritmo que el propio aeropuerto. Los problemas y los conflictos han sido una constante con la gestora que se ha hecho cargo de este negocio, Delicatium, que ayer vio como se puso fin a su agonía. Fue el día en el que bajó la persiana para siempre y, al parecer, por la fuerza. Según fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, la dirección de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) podría haber obligado a cerrar este negocio por incumplimiento de los requisitos económicos con los empleados de esta empresa, que, en concreto, ascenderían a 84.000 euros. "Parece que tenía desde hace tiempo problemas de cobro con los trabajadores que también se han ido reduciendo con los años, porque si hará unos ocho años había una decena, ahora había uno o dos". El sindicato CCOO ya denunció en su día la "nefasta gestión" de esta empresa que debía 32.000 euros a cuatro trabajadoras por pagarles por debajo de lo establecido en el convenio, más los 52.000 que adeudaba a otra empleada cuyo despido fue declarado nulo por un juez.
La pérdida de pasajeros de este aeródromo, que será el único en todo el Estado desde el que no despeguen vuelos turistas este verano, agravó la pérdida de clientela. Una parte fundamental de ella, la fija que proporcionaban los empleados de Foronda, estaba descontenta con el servicio. "No daban el servicio de catering que tenían que dar. No sé con qué intenciones había ido esa gente allí". Tal fue el malestar de buena parte de los trabajadores, que decidieron almorzar en los espacios reservados en sus respectivos trabajos. "Nos traíamos la comida de casa o nos la hacíamos en nuestras empresas porque hasta tenemos frigoríficos".