Vitoria. El fondo documental alavés se ha hecho un hueco en Internet. Todos los legajos, actas, certificados y fotografías que descansaban en el archivo del territorio histórico van, poco a poco, pasando por el escáner para ser digitalizados en alta resolución. Luego, mientras su imagen queda disponible para el mundo entero a través de esa ventana abierta las 24 horas que es Internet, los originales vuelven a descansar en sus estantes. A salvo de la degradación, de las posibles pérdidas, las sustracciones interesadas y el mal uso en general. "¡Benditas digitalizaciones!", exclamaba ayer la directora del Archivo Histórico Nacional, Carmen Sierra, al enumerar las ventajas de la accesibilidad virtual.
El portal, a través del cual los documentos alaveses traspasan el umbral de la red se llama Arabadok y ya se encuentra operativo, tanto como apéndice dentro de la estructura de la página de la Diputación, como con entidad propia. "La poesía es la memoria de la vida y los archivos son su lengua", señalaba ayer durante la presentación de la web la diputada alavesa de Cultura, Malentxo Arruabarrena, tomándole prestada la frase a Octavio Paz. "Si no existieran los documentos, no se podría reconstruir la historia", ampliaba el diputado general, Xabier Agirre, con motivo del mismo acto.
Álava ya fue, allá por los 80, pionera en la automatización de su bagaje documental. Se lanzó a la aventura de crear fichas a partir de tarjetas perforadas dentro de la etapa que el catedrático de la UPV César González Mínguez denominó ayer "arqueología informática", y ahora vuelve a situarse en la vanguardia tecnológica con la difusión de su extenso archivo. Una labor que acaba de iniciarse pero que se dilatará en el tiempo, ya que sólo el 2% de todo el material disponible ha pasado a formato electrónico. Aun así, ya existen miles de ficheros alaveses a un sólo click de distancia de los internautas. En este momento se cuenta con 393.949 registros informatizados en la Intranet foral, de los cuales 15.999 están ya en Internet.
Como si de una coctelera del tiempo se tratara, Arabadok ofrece actas institucionales de las Juntas Generales alavesas fechadas en el siglo XIV junto a documentación familiar, municipal, de instituciones o de empresas desde el siglo XII hasta 1980. Material para que los investigadores tengan la posibilidad de desarrollar sus obras o para que los ciudadanos de a pie puedan realizar trámites tan mundanos como la solicitud de una pensión o una beca.
La mejor sala de investigación del mundo, Internet, abrirá Arabadok al mundo de forma permanente. Los historiadores que deseen consultar los archivos alaveses ya no deberán planificar largos y costosos viajes. Les bastará con sentarse frente a un ordenador, teclear la dirección www.alava.net/arabadok y dispondrán de vía libre para curiosear a placer en el pasado del territorio. Imágenes en alta resolución facilitarán la labor que antes ejercían gafas y lupas. "Este nuevo instrumento refuerza nuestro compromiso con el derecho a la información, una de las principales garantías de los sistemas democráticos", cerró Agirre a modo de resumen.