vitoria. Formación contra discriminación. Bajo esta idea el Defensor del Pueblo vasco (Ararteko) exigió ayer en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco hacer "pedagogía" ante el incremento de la hostilidad hacia los inmigrantes. En concreto, plantea hacer unas jornadas el año que viene que sirvan de "altavoz" para el respeto de Derechos Humanos, que cree incumplidos cada vez con mayor frecuencia. Testigo de ello fue la capital alavesa en plena campaña electoral, un momento en el que alto y claro se alzaron mensajes a favor de la xenofobia en carteles y manifestaciones realizadas en el barrio de Zaramaga, entre los opositores a la licencia de apertura de una mezquita en la calle Martín Olave. Mucho miedo a los musulmanes, era sólo una de las pancartas que llevaban algunos vecinos atemorizados por las posibles consecuencias de esta mezquita. Doscientos de sus habitantes rechazaron este templo en repetidas ocasiones, como la marcha del pasado 12 de mayo, que se saldó con diversos enfrentamientos ciudadanos, que no lograron frenar la convocatoria, sino todo lo contrario. La misma manifestación volvió a salir una vez por semana desde entonces bajo proclamas como el Barrio unido, jamás será vencido.

La última de estas movilizaciones se verá el próximo viernes, la víspera de la toma de posesión de Javier Maroto, el próximo alcalde de Vitoria. "Ese día vamos a hacer una cacerolada para dar un toque de atención al nuevo equipo municipal", anuncia Fernando Cuesta, portavoz de la asociación Iparralde, que algunos sectores la vinculan al PP, mismo partido que gobernará Vitoria al día siguiente de esta protesta y que en un principio mostró su intención de revocar el permiso del templo, aunque más tarde tuvo que recular, dada la imposibilidad de retirarla por ley. Aún así, los miembros de Iparralde insisten en que no se trata de actitudes racistas. "No es cierre sí o no, sino tomarse este tema en serio, para que el Ayuntamiento y el Parlamento impulsen una normativa que unifique las licencias de lugares de culto, al igual que han hecho en Cataluña", asegura Cuesta, quien está convencido de que el "error" de Urbanismo fue dar luz verde a una "asociación cultural en vez de a una mezquita".

Los detractores de este lugar de culto esperan como agua de mayo el cambio de gobierno, pese a que de momento las obras de la lonja de Martín Olave están en un parón. "Se han medio paralizado por falta de material", precisa este portavoz vecinal, quien recomienda que los templos de este tipo que en el futuro se erijan en la capital alavesa lo hagan en zonas afines, como la de "las casas regionales de Lakua, donde hay una iglesia evangelista. Al final, se trata de convivencia, no de excluir. Por eso, no estaría bien que las mezquitas saliesen fuera de la ciudad".

En otro orden de cosas y para acabar con los prejuicios de los foráneos, la coordinadora de inmigrantes y refugiados Kira, dinamizará la Casa de los pueblos y las clases de castellano, como así lo acordó su Asamblea General del martes, en la que se Mireya Perea salió reelegida.