vitoria. La paciencia de los sindicatos de la Policía Municipal de Vitoria ya no da más de sí. Tras un largo e intenso enfrentamiento con la jefatura y los responsables políticos del cuerpo, ELA, CCOO, LAB y SIPLA han unido sus fuerzas para exigir el cese del comisario jefe, José Antonio Vicho, del director de Seguridad Ciudadana, Iñaki Inoriza, del subcomisario subjefe, Luis Cid, y del concejal de Seguridad Ciudadana, José Manuel Bully, "dado que han demostrado que con su cargo no pueden gestionar y organizar este servicio". Ayer, los representantes laborales de la plantilla consensuaron un documento para exigir cambios profundos en Aguirrelanda que fue remitido a la totalidad de los partidos políticos que concurren a las elecciones municipales del domingo.
Los sindicatos aseguran que la Policía Local se encuentra en una situación "grave" como resultado de la "nefasta gestión y organización del servicio por parte del concejal de Seguridad Ciudadana, del anterior y posterior director de Seguridad Ciudadana, del comisario jefe y del subcomisario subjefe durante estos cuatro años". Un periodo negro que, aseguran, se ha traducido en el resquebrajamiento de la unidad de la plantilla y en una desmotivación generalizada.
"Legislatura a legislatura, la Policía Local de Vitoria se va politizando más y más, hasta el punto que el actual concejal de Seguridad Ciudadana ha querido hacer de este servicio su cortijo particular, omitiendo y desoyendo los problemas reales de esta ciudad, de sus habitantes y de los agentes que deben prestar un servicio público de calidad", explican.
Para justificar su solicitud, añaden que "la única preocupación que han tenido este tipo de políticos y este tipo de jefaturas es la de tener agentes de Policía Local al precio que sea, importándoles muy poco la formación que reciben con tal de salir en la foto informando del aumento de policías que tiene la ciudad". Las secciones sindicales afirman que, con esta postura, las cuatro personas cuyo cese demandan son responsables del "gran deterioro de profesionalidad, credibilidad e imagen que la ciudadanía tiene hacia este servicio, debido exclusivamente a los diferentes dirigentes políticos y policiales que ha padecido la Policía Local en estos últimos años".
Por todo ello, piden a quien se haga cargo del Ayuntamiento después del 22 de mayo que, además de cesar a estas personas, realicen "una apuesta clara, real y de futuro por la Seguridad Ciudadana" y que trabajen "con profesionalidad con la plantilla de la Policía Local para ofrecer un servicio público de calidad a los ciudadanos". Asimismo, solicitan que se lleve a cabo una OPE general de todas las categorías laborales en el Ayuntamiento, lo cual redundaría en un aumento proporcional del número de agentes hasta lograr un ratio por habitantes que garantice que el trabajo de la Policía Municipal se desempeña con garantías.
"Si los actuales dirigentes políticos y policiales se creen que hacen bien su trabajo, ¿por qué han presentado la dimisión tres subcomisarios a lo largo de esta legislatura, uno de ellos esta misma semana?", se preguntan los sindicatos policiales.
dimisión del subcomisario La dimisión de esta misma semana a la que aluden los representantes de la plantilla se corresponde con la del subcomisario de Coordinación Operativa. Esta persona, que cuenta con el apoyo de los sindicatos, trató de mediar en el último conflicto surgido en Aguirrelanda y, tras recibir fuertes presiones, se encuentra de baja médica y ha solicitado su dimisión por escrito.
El enfrentamiento en cuestión está relacionado con los próximos comicios municipales y forales. La Ertzaintza, dadas las desavenencias que mantiene la plantilla con el consejero de Interior, ha anunciado que no vigilará los colegios electorales como otros años, sino que una furgoneta los recorrerá de forma itinerante. Así las cosas, el comisario jefe de Vitoria ofreció 26 agentes para garantizar la vigilancia.
Los sindicatos pidieron a los agentes que no participaran en estos refuerzos, lo cual desató una nueva pelea. El subcomisario de Coordinación Cooperativa, con buena voluntad, trató de mediar entre ambas partes y de favorecer la negociación, pero según explicaron los enlaces sindicales, las presiones que ha recibido han minado su salud y le han obligado a coger la baja y a enviar un escrito a jefatura pidiendo que se le asigne a otro turno.