vitoria. Con el susto en el cuerpo. Así se encontraban todavía ayer los miembros de la asociación Bultzain y la treintena de residentes de la casa de acogida que tiene este colectivo en Puente Alto. No era para menos. La noche anterior había dejado momentos de angustia e incertidumbre para sus ocupantes, después de que un incendio sembrara el pánico y obligara a trasladar a dos personas al Hospital Txagorritxu por inhalación de humo y a otra por dolencias en un brazo como consecuencia de la huida.
Todo parecía muy normal el jueves por la noche cuando el hogar que acoge a personas con problemáticas de adicciones, enfermedades mentales o sin techo se preparaba para afrontar el final del día. Sin embargo, sobre las 1.30 horas de la madrugada, uno de los residentes se percató de la aparición de unas llamas en el exterior de la vivienda. Alertó al resto. Poco antes, un hombre con evidentes signos de embriaguez se había presentado en la casa para pasar la noche cuando ésta ya estaba cerrada, lo que impidió que accediera al edificio.
Poco después se declaró el incendio, circunstancia que hace sospechar de que aquél pudo haber sido el responsable del suceso en un acto de revancha. Sea como fuere, la propagación de las llamas fue cuestión de minutos. Las obras que el colectivo está realizando para mejorar el centro se convirtieron en el mejor aliado. No en vano, los primeros indicios apuntan a que se pudo haber utilizado unos fajos de poliespan como catalizador. Las llamas habrían hecho el resto. El hecho de que parte de la casa, como las ventanas, esté construida con madera permitió una incineración aún más veloz.
La alarma despertó a los residentes y ayudó a que estos huyeran del edificio de la manera más rápida posible. Pero no todos pudieron alcanzar la puerta de salida. El edificio, dividido en dos partes, vio como su parte izquierda se veía rápidamente devorada tanto en la fachada que da a la calle Albertia como en el dormitorio femenino y en el dormitorio del altillo que se ubica en ese lado. Como consecuencia de esta situación cinco personas se vieron obligadas a refugiarse en el tejado.
Por ello, los Bomberos se encontraron un panorama poco alentador a su llegada. Las llamas salían por una de las ventanas y el fuego crecía en la calle. Los integrantes del retén se lanzaron al rescate de los residentes resguardados en el tejado con una autoescala. Mientras, otros colocaban el dispositivo adecuado para sofocar el fuego del exterior y el interior.
Tras un exhaustivo control de las llamas y tras lograr apagar los focos latentes en el interior del hogar, los Bomberos abandonaron el centro sobre las cuatro de la madrugada. Entonces se acompañó a los ocupantes al interior para recuperar las pertenencias que se mantenían a salvo. Dado el estado de parte de la casa, se procedió a la distribución de la treintena de residentes. Parte de ellos se quedó en las tres habitaciones de la parte no afectada del hogar, mientras que los extranjeros fueron derivados en su mayoría al Aterpe. Una voluntaria aceptó alojar en su casa a las cuatro mujeres que se encuentran en la actualidad en el centro.
El máximo responsable de Bultzain, Satur García, se mostraba ayer consternado mientras miraba los efectos de las llamas. "Menudo disgusto. Estoy destrozado. La verdad es que no es la primera vez que pasa una cosa de éstas pero habrá que ver ahora que pasa", comentaba ayer a este periódico. A pesar de ello, este altruista vitoriano ya pensaba en las fórmulas posibles para rehabilitar el hogar para continuar con su proyecto solidario.