Vitoria. Tanto el tiempo como los precios se han aliado este año para que en los manteles no falten dos de los platos típicos por San Prudencio: los caracoles y los perretxikos. Aunque está claro que para ahorrar hasta el último euro lo mejor es hacer una salida al monte, un paseo por la plaza de Abastos también demuestra que ambos productos se pueden adquirir a un precio asequible. Si bien, en este último punto nadie se pudo librar ayer de las colas que había que soportar para volver a casa con estos dos preciados manjares. En especial, con el de las setas de primavera. Ya sea en sus versiones alavesa o navarra o en la más oscura, traída del Este de Europa. El caso es que su éxito se volvió a repetir una vez más con las filas que hicieron los clientes más rezagados para hacerse con ellos delante de los puestos de Rosa Mari Gaztak o el de Quesos Mari.

Una espera vaticinada por los comerciantes, que iniciaron la jornada con un cartel premonitorio. "Fila para perretxikos", rezaba el letrero. Pero el hecho de tener que aguardar el turno no significaba que los clientes no supiesen cuánto se iban a desinflar sus billeteras. "Los perretxikos están a 25 euros el kilo", decía una de las clientas de Rosa Mari dispuesta a hacerse con este producto llegado de Navarra. "A mí me han dicho que están a 25 el kilo", contaba otra mujer nada más ponerse a la cola. Donde no había casi esperas era a la entrada de la plaza, donde los hongos se cotizaban a 29,95 euros el kilo.

Los expertos ya pronosticaban que los 40 euros que se pagaron a principios de abril bajarían, como así ya lo habían hecho el mes anterior, cuando se vendían por seis euros más. Un precio a la baja que se explica porque este año los hongos no sólo son abundantes sino que, además, brotaron antes debido a la profusión de días soleados a los que también les vino bien las últimas precipitaciones registradas.

caracol, desde 6,90 Los alaveses que no están dispuestos a salir al campo, de noche y a ser posible con lluvia, para coger, linterna en mano, la cantidad de caracoles suficiente para llevarse a la cazuela, tuvieron en Abastos una segunda opción. Y con múltiples posibilidades dentro de la misma. Desde los que se vendían justo en la puerta de la plaza, en bote y ya cocidos, en variedad "guitarra" por 6,90 euros, a los de Orduña, que se vendían en la segunda planta a 14 euros el kilo.

Para los amantes de las gastronomía más exótica o nostálgicos de sus pueblos natales también había espacio para los puestos ambulantes de los moluscos instalados en la última planta. Éste era el caso del que año tras año regenta Ana Bernio, con los ejemplares llegados de La Rioja. "Los vendo a 9 euros el kilo. En total, he traído entre 15 y 20 kilos", contaba esta mujer mientras metía en la caja a varios de estos invertebrados que se habían escapado del recipiente.

Burgos tampoco se quedó sin representación en esta ocasión. La ciudad elegida de la que eran oriundos los animales era Miranda de Ebro, donde Miguel Ángel y sus dos compañeros de faena habían atrapado a los mismos. Un trabajo que acabaron con una selección. "A 10 euros el kilo vendo los normales y a 8 los más delgados", matizaba este hombre. ¿Pero cuáles son mejores para meter en el carro de la compra? "A mí me gustan más los gorditos, porque siempre son los que tienen más carne", explicaba en serio Miguel Ángel, aunque con una sonrisa en su rostro.