madrid. En España "ni hay ni previsiblemente habrá una generación perdida", pues tan solo un 1% de los jóvenes de entre 16 y 29 años (80.358) pueden ser catalogados de "auténticos ni-ni", es decir, no trabajan ni estudian ni quieren hacerlo y su única motivación es el ocio.
Así lo señaló ayer el director del Instituto de la Juventud (Injuve), Gabriel Alconchel, durante la presentación del estudio Desmontando a ni-ni. Un estereotipo juvenil en tiempos de crisis, elaborado por un equipo de investigadores dirigido por el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Lorenzo Navarrete.
Un auténtico ni-ni es aquel que no está ocupado, no está buscando trabajo ni muestra deseo de hacerlo, no le afecta una regulación de empleo, no muestra incapacidad o enfermedad que le impida buscarlo y no cursa estudios ni recibe formación ni tiene pensado acceder a ella de inmediato. Tampoco realiza trabajos no remunerados, no tiene a su cargo el cuidado de familiares o conocidos dependientes ni es responsable de las tareas domésticas.
La etiqueta ni-ni marca una imagen del colectivo juvenil "burdamente injustificada", señaló Alconchel. El "gran descubrimiento del informe es que hay una juventud muy consumista, muy desorientada y perpleja, pero con proyectos y muy enganchada al futuro", señaló el profesor Navarrete.
Precisamente a pesar de la situación económica, el número de jóvenes ni-ni ha descendido. Así, los 80.358 actuales representan 16.352 menos que hace 15 meses, según la Encuesta de Población Activa correspondientes al tercer trimestre de 2009 y al cuarto trimestre de 2010.
Una de las explicaciones de ese descenso es que los jóvenes se han acostumbrado a la crisis, según el sociólogo Enrique Carreras, otro de los autores del estudio.