CANTABRIA. En los últimos tiempos abundan los robos de cobre, de pisos, de coches... pero, ¿de una carretera? Pues sí. Exactamente eso es lo que ha pasado en el municipio cántabro de Miengo, que se han llevado una carretera. Literalmente y no es una broma.
Y si no que se lo pregunten al alcalde, Avelino Cuartas. "se podían robar muchas cosas, pero no una carretera. Con esto he aprendido que el asfalto también se puede sustraer", aseguraba visiblemente 'mosqueado'.El ladrón o ladrones -es necesario, apunta el alcalde, usaron al menos una pala y un camión para tal fechoría- no han dejado rastro de este hecho insólito.
Ni un solo resto del aglomerado en frío -mezcla empleada habitualmente en caminos rurales y accesos a fincas- levantado. Únicamente una amalgama de piedras, arcilla y tierra atestigua que algo raro ha sucedido en un paraje calificado por el alcalde 'de bella factura'.