Vitoria/Bilbao. Las protestas vuelven a convertirse en parte sustancial del día a día de la Sanidad pública en el territorio histórico. No en vano, desde hoy, y hasta el próximo jueves, las entradas a los hospitales de Txagorritxu y Santiago, y del centro de salud de Olaguíbel, se convertirán en el escaparate en el que la mayoría sindical tutelada por ELA, LAB y ESK en el sistema sanitario público muestre su disconformidad con el hacer de los gestores de Osakidetza y de Sanidad en materia laboral y en calidad asistencial, al parecer, mermadas ambas por los recortes que las centrales han detectado en los presupuestos habilitados a tal efecto por la Administración socialista.

En ese contexto, la concentración ideada para mañana se ubicará a la entrada del centro hospitalario de Txagorritxu. El horario -12.00 horas- se repetirá el jueves a la entrada de Santiago. Por su parte, la protesta de mañana frente al ambulatorio de la calle Olaguíbel será a las 13.30 horas. Ni que decir tiene que el malestar de las centrales convocantes también se dejará notar en los otros dos territorios históricos, con medidas similares en los hospitales de Cruces, Galdakao y Basurto, en Bizkaia; y en los de Donostia, Bidasoa y Zumarraga, en Gipuzkoa.

A juicio de ELA, LAB y ESK, las medidas de presión son ya la única salida. A su juicio, "la negociación colectiva está absolutamente condicionada por las políticas de recorte". Tal afirmación encuentra acomodo entre datos que aseguran que en 2011 el recorte presupuestario en Sanidad es del 3,2% o que existen recortes salariales para este ejercicio que, desde las centrales, contabilizan entre 700 y 3.500 euros al año por cada trabajador, según la categoría. Al hilo de las críticas de la parte social, aparece otra cuestión que se antoja contundente. Según su versión, la Dirección de Osakidetza ha implementado una política de no sustituciones que provoca que en muchos centros sanitarios las cargas de trabajo se conviertan en inasumibles.

En otras palabras. "No hay ni habrá negociación colectiva en Osakidetza en un futuro inmediato para hablar de las mejoras de las condiciones de trabajo. Han decidido negar el derecho a la negociación colectiva a los trabajadores de Osakidetza y suplantarla por reuniones que se limitan a dar cuenta de planes y proyectos decididos de antemano", explican los convocantes a través de una nota de prensa. En ella también detallan las soluciones que habría que adoptar para poner fin a la situación descrita.

En ese sentido, la visión sindical apuesta por incrementar el gasto sanitario hasta estabilizarlo en medias propias de los países desarrollados. Asimismo, una buena solución para aminorar el descontento de los representantes de los trabajadores pasaría por facilitar la recuperación del poder adquisitivo de la plantilla tras los recortes impuestos en cadena por el Gobierno central. Tampoco estaría de más, a juicio de ELA, LAB y ESK, la organización de Ofertas Públicas de Empleo (OPE) "con plazas suficientes para consolidar el empleo". Con todo ello se podría acotar, a ojos de las centrales, "los cierres y las privatizaciones, la alta temporalidad del empleo -que llega al 27%- y los insuficientes recursos económicos, humanos y materiales".

Sea como fuere, lo cierto es que el sistema sanitario vasco tiene algunos peros que, con la Administración liderada por el consejero Rafael Bengoa y por el PSE, están provocando una sensación de organización quebradiza, donde la tensión entre los diferenes agentes -médicos, enfermeras y administradores- es cada vez mayor.

Salud quebradiza A la huelga sostenida que vienen manteniendo los Puntos de Atención Continuada (PAC) de Osakidetza en Bizkaia y Gipuzkoa, al enfrentamiento con los facultativos y a la reconocida incapacidad de reducir las listas de espera se unen ahora las movilizaciones que ELA, LAB y ESK anuncian para esta semana y la postura de los sindicatos de enfermeras y médicos (Satse y SME). Estos han puesto en marcha una campaña de concienciación ciudadana con el lema Aski da, basta ya. Asimismo, estas centrales están realizando asambleas en los distintos centros sanitarios para valorar las medidas a adoptar ante el deterioro "alarmante" de la sanidad pública vasca.

Según los profesionales, la crisis económica está sirviendo como excusa a los gestores de Osakidetza para "emprender medidas de recorte en la contratación de personal, en las sustituciones y en el cierre de centros, como los PAC, en permisos para la formación del personal o en el acceso a determinadas pruebas".