Es la hora de los primeros balances y, sobre todo, de las primeras ayudas enviadas al noreste del país. Pero, de inmediato, el miedo por la situación de la central nuclear de Fukushima, que sufre su primera explosión, comienza a eclipsar la magnitud del seísmo y el tsunami. Las autoridades evacuan a la población a veinte kilómetros a la redonda. En la foto, supervivientes caminan entre el barro en la ciudad de Hatori, en la devastada prefectura de Miyagi, una de las más castigadas del país. Foto: AFP

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