Vitoria. La progresiva incorporación de la mujer a la vida política ha permitido romper otra de las innumerables barreras que obstaculizaban el camino hacia una igualdad real entre ambos sexos. Y aunque todavía Álava no haya conocido a una diputada general, una lehendakari o una alcaldesa para su capital Gasteiz, los logros conseguidos desde 1979, año en el que comenzaron a tener presencia en las instituciones, no han sido nada desdeñables en este ámbito. La Diputación alavesa, que cuenta con cuatro mujeres al frente de sus departamentos, ofreció ayer una cálida recepción en el Palacio de la Provincia con motivo del Día Internacional de la Mujer, encuentro que contó con la asistencia y participación de algunas de las primeras políticas alavesas y numerosos representantes del marco político actual.
Sus testimonios vertebraron un emotivo vídeo, en el que tomaron parte, por ejemplo, las primeras alcaldesas del territorio -de Moreda y Agurain-, una de las 22 políticas que asistió en directo al intento de golpe de Estado de Tejero, Pepa Lafuente, o la primera presidenta de las Juntas Generales, Xesqui Castañer. Después, las once actuales alcaldesas del territorio, que suma 53 ayuntamientos, se comprometieron a través de un manifiesto a seguir ese camino que comenzaron sus luchadoras antecesoras. Un enorme sillón vacío presidió el salón de plenos de la sede foral, un símbolo del poder que las mujeres deberían ocupar en el ámbito político.
No faltó en el acto la música y el baile a cargo de un grupo de la escuela de danza Traspasos, así como una aplaudida actuación del coro Vocalia. Al margen de las políticas del pasado y el presente de los pueblos, también tomaron la palabra la diputada de Política Social, Covadonga Solaguren, quien no dudó en parafrasear a la activista estadounidense de finales del siglo XIX Susan B. Anthony para reflejar lo que supone el principio de igualdad y no discriminación por razón de sexo. "A las mujeres sus derechos, nada menos. A los hombres sus derechos, nada más". Por su parte, el diputado general, Xabier Agirre, cerró los discursos interpelando al género masculino, corresponsable también de un futuro en igualdad de derechos. Un camino que, a su juicio, "tiene muchas brechas por cerrar y también muchos caminos por abrir. Uno de esos caminos lo tenemos que emprender nosotros: los hombres, todos". Por suerte, la política ya ha dejado de ser un coto exclusivo para ellos en poco más de tres décadas, aunque la paridad constituya aún una quimera.