vitoria. La ocupación de camas hospitalarias roza límites preocupantes siempre que la gripe se hace fuerte. Sin embargo, este año se ha comportado como la excepción que confirma la regla hasta el punto de que los dos centros sanitarios gasteiztarras de agudos, Txagorritxu y Santiago, no se han visto obligados a colgar el cartel de completo durante las semanas más críticas debido a la incidencia del virus.

Pese a que Osakidetza cuenta todos los inviernos con un colchón de diez camas adicionales gracias a un concierto con el Hospital San José de Vitoria, la "normalidad" que ha imperado no les ha obligado a recurrir a las derivaciones. La coordinación entre los dos hospitales públicos ha sido clave para soportar el azote del virus del invierno. Así, cuando Txagorritxu se ha visto cerca del límite ha recurrido a las camas de Santiago y viceversa, sin llegar a una situación de saturación.

Jesús Muñoz, director gerente del centro de la calle Olaguíbel, reconoce incluso que "este año ha sido uno de los más tranquilos", con la excepción de las dos semanas centrales de enero. "Ahí estuvimos bastante justos de camas, pero no nos hemos sentido desbordados; a diferencia de la temporada anterior, en la que habilitamos más espacios, no hemos pasado grandes agobios", celebra Muñoz.

En similares términos se expresa Enrique Bárez, subdirector médico de Txagorritxu. En el hospital de José Atxotegi el momento "más apretado" llegó a finales de diciembre, cuando la ocupación de camas rozó el 95%. Con todo, durante el resto de la campaña gripal "no ha habido problemas", hasta el punto de que "no ha debido modificarse la actividad asistencial".